Calderón y Zavala han hecho todo lo necesario para regresar a la actividad partidista. “Lo hacemos no por ganar la elección ni por ganar el poder”
Per saltium, los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberán desahogar las quejas de los aspirantes de Morena excluidos de la encuesta abierta que ordenó al INE para definir a los nuevos dirigentes del partido en el gobierno. Y antes de que termine la semana, también deberán estudiar los reclamos que Felipe Calderón y Margarita Zavala presentaron contra la resolución de los consejeros, quienes negaron el registro de México Libre como partido.
La formación liberal no incurrió —como otras asociaciones civiles— a la afiliación masiva. Tampoco se vinculó a organizaciones sindicales. Pero la falta de transparencia en la recaudación de fondos motivó la negativa del registro, en una sesión del Consejo General del INE que generó suspicacias, por polémica. Casi de inmediato, Fausto Barajas —en su calidad de representante legal de la asociación civil— acudió al INE para controvertir la decisión “incongruente e inconsistente”, según describió la exprimera dama.
Al igual que México Libre, otras cinco organizaciones reclamaron la exclusión del INE. El protopartido de Calderón y Zavala, empero, incluso amagó con acudir a instancias internacionales para hacer valer su derecho de participar activamente en la vida política.
A casi ocho años de dejar el poder, el expresidente está de vuelta, con su nuevo partido, su nuevo libro y viejas polémicas, revividas por el involucramiento de Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, en sendas investigaciones judiciales, tanto en México como en Estados Unidos.
“La política es una combinación de House of Cards y Game of Thrones”, resumió Calderón Hinojosa en su obra (Decisiones difíciles, Editorial Debate), “porque más allá de la fantasía sí existe ese juego de traiciones, representadas en tales series de ficción”.
Tras de casi cuatro décadas de actividades políticas, quiere volver a empezar. Y es que la etapa previa —y única— transcurrió dentro del PAN, organización de la que fue candidato, legislador (asambleísta y diputado federal), además dirigente nacional y candidato presidencial.
Egresado, como su esposa, del Instituto de Estudios y Capacitación Política —la escuela de cuadros fundada por Carlos Castillo Peraza—y de la Escuela Libre de Derecho, en el PAN, siempre enfrentó —como su maestro Castillo Peraza— a los Dihacos y otros sectores ultras. Pero sobre todo, Calderón Hinojosa ha estado en campaña desde principios de la década de los ochenta, del siglo pasado. Incluso antes, si se toma en cuenta su trabajo en los esfuerzos de su padre, eterno candidato blanquiazul a la alcaldía de Morelia.
La organización y la formación ética-política son las banderas que postuló en el PAN y que quiere enarbolar nuevamente, con México Libre. La vida partidista, aunque sea una segunda versión, no estaría exenta del divisionismo. Calderón Hinojosa sabe que no hay cosa más desgastante que los conflictos internos, las disputas de poder entre supuestos camaradas.
Calderón y Zavala han hecho todo lo necesario para regresar a la actividad partidista. “Lo hacemos no por ganar la elección ni por ganar el poder”, subrayó el expresidente en Decisiones difíciles. “Lo que estamos haciendo es cumplir con un deber moral que tenemos con México: hacer política con principios y construir la democracia que le hace falta al país. Si no lo hacemos nosotros, nadie más lo va a hacer”.
Como hace 15 años, su tarea principal será enfrentar a AMLO y evitar la implantación de su ideario. “Sus propuestas echeverristas, populistas, proteccionistas —desde creer que todo lo puede hacer el gobierno, creer que las importaciones son ‘malas’ y las exportaciones ‘buenas’, hasta establecer precios ‘de garantía’ a productos agrícolas—, la intolerancia a la prensa y voces disidentes, la destrucción del medio ambiente, el rechazo a la ciencia, la pequeñez internacional, el desprecio por el derecho y las instituciones, y un largo etcétera”.
Efectos secundarios
RESONANCIAS. Las homonimias y la rotación en el cuestionario de la encuesta de reconocimiento para definir a los aspirantes a la dirigencia nacional de Morena afectaron a Gibrán Ramírez y Carol Arriaga, dos jóvenes promesas del partido gobiernista. Pero también están los contra ejemplos: la aparición entre los finalistas para la presidencia del CEN, Adriana Menéndez, y de Paola Gutiérrez, a la secretaría general. Esta última, hija de un fundador del PC, casado con una profesora de origen cubano, catedrática de la UNAM, radica en Tepeji del Río, Hidalgo, y dentro del partido es reconocido su trabajo de base, además de su tenacidad y valentía.
SEGURIDAD. La jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, no considera necesario realizar ajustes en su equipo de trabajo. Y es que el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, quien acaba de cumplir un año al frente de la policía capitalina, no tiene intención alguna de cambiar de aires. Uno menos, en la lista de prospectos para quedarse en el lugar que dentro de un mes dejará Alfonso Durazo Montaño en el gabinete presidencial. Entre los interesados destacan el actual subsecretario de participación ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja; el director de Protección Federal, Manuel Espino Barrientos, y el exgobernador de Baja California Sur, Leonel Cota Montaño… aunque no debería descartarse al general Audomaro Martínez Zapata.
¿RESPALDOS? La coordinadora de los programas federales en Tlaxcala, Lorena Cuéllar, acudió a la oficina del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, Santiago Nieto Castillo. Oficialmente, ambos funcionarios conversaron sobre acciones en ciernes contra la delincuencia organizada en aquella entidad del Altiplano, pero en el correlato están las versiones —no confirmadas— sobre una indagatoria por presunto peculado contra la también exalcaldesa y senadora perredista, Lorena Cuéllar, quien está al frente de los sondeos por la gubernatura de la entidad, aunque esas mediciones también dan cuenta de sus negativos.
RESPALDO. A través de Zoom, el director general del CIDE, Sergio López Ayllón, dialogó con alumnos, profesores e investigadores de esa casa de estudios sobre las acciones que realizarán en defensa de la educación pública y la autonomía presupuestaria, en vilo por la propuesta de Morena de extinguir 109 fondos y fideicomisos. Esta vez, los académicos llamaron a los estudiantes a sumarse a la protesta que realizarán desde muy temprano a las puertas del Palacio Legislativo de San Lázaro y es que la peculiar austeridad morenista lesionaría principalmente, en el caso de este centro de investigación, los sueldos de los maestros y los programas de intercambio con otras instituciones del extranjero. La matrícula de los alumnos, por lo pronto, no sufriría incrementos.