El árbitro es fundamental. Debe ser confiable, imparcial y con experiencia. Debe contar con los elementos suficientes para organizar una elección ordenada y concurrida
Todo parece que ha adquirido carta de naturalización la idea de que la oposición, en lugar del acuerdo cupular, debe plantear un método democrático para elegir candidato(a) para el 2024. La decisión es la adecuada, pero implica claridad en la modalidad que se ponga en práctica, así como responsabilidad de los actores involucrados, particularmente dirigencias y aspirantes. Ante todo, debe haber autenticidad en el ejercicio y para ello dos son los aspectos de mayor peso: los requisitos para votar y ser votado y el árbitro o autoridad organizadora del proceso de selección.
Creo que la selección de la candidata(o) no debe verse solo en términos de conveniencia, también de convicción política. La democracia no sólo es útil, también necesaria y más ahora, por la distancia de la sociedad con los partidos. Un método directo ofrece muchas ventajas, quizás la más relevante es que permite construir una candidatura legítima, diferenciada respecto al adversario y, además, representa la forma más razonable para el reencuentro de los partidos con la sociedad, al transferir a ésta la decisión más relevante: quién habrá de representar el proyecto común para la alternancia en la presidencia.
Soy de la idea de que el mejor método de elección de candidato es la elección primaria, con varias votaciones regionales, de ser posible más de cinco, y que deben elegirse delegados en proporción a la población; una fórmula es tres por cada distrito electoral federal. La condición para votar es presentar credencial de elector. Para ser aspirante los requisitos deben ser flexibles, y sería el resultado de las primeras elecciones parciales las que determinarían quienes pueden seguir en el proceso de manera tal que se llegue a unas cuantas opciones en la segunda mitad del proceso.
El árbitro es fundamental. Debe ser confiable, imparcial y con experiencia. Debe contar con los elementos suficientes para organizar una elección ordenada y concurrida.
Abrir a la sociedad la selección del candidato puede ser el punto de partida para que la democracia transite por los partidos a efecto de restaurar en estas instituciones su característica principal, la de representar voluntades y un proyecto común que aspira y tiene posibilidades de ser una nueva mayoría.
https://www.milenio.com/opinion/liebano-saenz/paralaje/la-candidatura-y-el-metodo
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