Hace unas horas, Joaquín López-Dóriga anunció su decisión de dejar la dirección y conducción de El Noticiero. Después de 16 años se reporta listo para emprender dos nuevos proyectos en Televisa. Es la nueva misión de un periodista con una de las trayectorias más destacadas en los medios. Más allá de títulos y reconocimientos —que … Continued
Hace unas horas, Joaquín López-Dóriga anunció su decisión de dejar la dirección y conducción de El Noticiero. Después de 16 años se reporta listo para emprender dos nuevos proyectos en Televisa. Es la nueva misión de un periodista con una de las trayectorias más destacadas en los medios.
Más allá de títulos y reconocimientos —que han sido muchos, dentro y fuera del país—, a Joaquín lo mueve la vocación de reportero que abrazó hace casi medio siglo, desde el turbulento 1968 en la redacción de El Heraldo de México, donde selló su compromiso con el que él llama el mejor oficio del mundo.
Mi relación profesional y de amistad con El Teacher comenzó en 1999. Como muchos, conocía su trabajo previo, sus inicios en Televisa con Jacobo Zabludovsky, su paso por Imevisión, sus colaboraciones en Siempre!, su exitoso proyecto en Radio Fórmula y sus históricas entrevistas y coberturas. Lo mismo con traje y corbata que con chaleco de reportero, su imagen me era familiar.
Cuando llegué a Televisa, Joaquín López-Dóriga estaba a cargo de Chapultepec 18. Al poco tiempo fraguó un programa inédito en televisión: un informativo matutino de tres horas, Primero Noticias, que pronto se volvió referente de la opinión pública nacional. Después asumió la titularidad del noticiario nocturno, en el que dio espacio y voz a quienes hacen la noticia y a connotados analistas e intelectuales. A ambos espacios, Joaquín les imprimió un estilo propio, imposible de igualar.
En particular, le agradezco su invaluable apoyo y confianza en los ocho años de acalorados debates de Tercer Grado.
Joaquín ha sido un cronista de la historia contemporánea. Asombra su capacidad y su obsesión por reportear la nota, pero también sorprende su energía y entrega; esa ubicuidad que lo hace aparecer casi mágicamente en el estudio cada vez que hay un breaking news. Me consta, como a muchos, que es compañero inseparable de la noticia, como lo es también de su familia y de sus amigos.
La buena nueva de ayer es que, después de esta etapa de más de tres lustros que comenzó con el siglo y con la alternancia política, Joaquín sigue en la brecha. Tengo la certeza de que los proyectos que prepara en Televisa serán igualmente exitosos. No es necesario ser adivino cuando sobra el talento, la agudeza, la pasión y el mérito.
Enhorabuena, Teacher.
Minuto a minuto
