Tampoco Cuba posee capacidad almacenar para tanto petróleo que le manda el bloque populista
Cuba tiene mil kilómetros de largo, entre 200 y 30 de ancho, y 10 millones de habitantes: estaría como un árbol de navidad durante todo el año, con los 52 mil barriles diarios de petróleo que le envía México. Sin embargo, el 58% de la isla permanece a oscuras.
Pero no es sólo México: también mandan petróleo a Cuba sus otros aliados ideológicos: Venezuela, con 52 mil barriles diarios; y Rusia, que acaba de apoyar con 790 mil barriles de petróleo. ¿Qué le hace Cuba a todo ese petróleo? Como sea, no es para alumbrar la isla.
Los tres países mantienen los envíos en la mayor secrecía. Llama la atención el estilo de trasvases en altamar, de los barcos mexicanos, venezolanos y rusos a los barcos cubanos. La semana pasada trasvasó el tanquero ruso Akademik Gubkin al cubano Lourdes.
El Akademik Gubkin (IMO 9842190) se encuentra en la lista de sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por suministrar petróleo usado por Rusia en la invasión a Ucrania.
En México, el petróleo para Cuba es considerado secreto de Estado. Pemex le negó información a El Universal sobre los envíos desde julio de 2023. Pemex respondió que lo manda a través Gasolinas Bienestar, que es una empresa privada. Ajá: una filial privada.
Es tanto el celo con Cuba, que el gobierno mexicano prohíbe informar sobre el petróleo a la isla, pero informa que funcionarios y militares se aliaron con el crimen organizado, para robarse 600 mil millones de pesos en el contrabando de combustibles.
Sin embargo, de julio de 2023 a julio de 2025, Gasolinas Bienestar envió 23 mil barriles diarios de crudo a Cuba, por un valor total de mil 300 millones de dólares, según los datos PEMEX a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
La teta mexicana enchufada a Cuba equivale al 3.3% de las exportaciones de Pemex. Y, aun así, los cubanos viven a oscuras, con un consumo residencial promedio de 185 kWh al mes, según el gobierno. En la CDMX, por ejemplo, es 800 kWh.
Las cifras de barriles enviadas por Venezuela a Cuba también son imprecisas, porque, como con México, no corresponden a contratos oficiales: las dictaduras manejan esos volúmenes como información sensible y los datos oficiales que divulgados, son incompletos.
Según La Jornada, Cuba, obligada por la escasez de divisas para pagar las importaciones que necesita el país, ha vendido petróleo en el mercado internacional aprovechando los altos precios: “Parte de los ingresos de la isla provienen de exportaciones de crudo”.
Tampoco Cuba posee capacidad almacenar para tanto petróleo que le manda el bloque populista.
Quizá aprovecha para venderlo. Y todos ganan.
