En política como en los cuentos de hadas siempre hay un rey desnudo y millones tratando de explicarle que no trae ropa
Mientras Trump, probablemente, practicaba su saludo real frente al espejo —ese mismo espejo que nunca lo contradice—, millones de personas salieron, el pasado sábado, a las calles de 2,600 ciudades de Estados Unidos con un sólo propósito y con un único lema: “No Kings”, para impedir el autoritarismo del presidente y recordarle un tema elemental: el país que se independizó de un rey en 1776 -George III (1738-1820)- no tiene ganas de tener otro en 2025.
El movimiento “No a los Reyes” está integrado por cientos de activistas que han logrado algo que en el país del norte parecía imposible: impulsar a la protesta y a la crítica a una clase media enamorada de su estilo de vida; despertar de su apatía a ciudadanas y ciudadanos domados por la televisión. Aunque sea por un día, la sociedad estadounidense recordó que los tronos no se heredan, se desmantelan, y que en su país no se acostumbran las coronas aunque Trump ya haya pedido la suya por Amazon Prime.
A la protesta se unieron importantes presencias como la del senador demócrata Bernie Sanders, quien encabezó la manifestación en Washington y expresó: “Estamos aquí porque amamos a Estados Unidos”. La congresista demócrata Alexandra Ocasio-Cortez y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, respaldaron la movilización. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer publicó en X: “Las marchas de hoy son una afirmación de lo que es Estados Unidos: Somos una democracia.
A la manifestación se unieron intelectuales y artistas, celebridades del mundo del espectáculo, como el ganador del Oscar, Robert De Niro, que se ha caracterizado como un constante crítico del huésped de la Casa Blanca. De Niro manifestó: “Nos estamos levantando nuevamente esta vez, alzando nuestras voces de manera no violenta para declarar no a los reyes”.
Una cifra cercana a los siete millones de personas –cantidad récord en la historia reciente de EU- participaron en la jornada de protesta no únicamente por la autocracia trumpista, también por la posición del presidente en materias de migración, salud y educación. Los expertos describen el movimiento “No Kings” como “una intervención masiva en contra de un hombre con delirios de monarquía”. En el otro extremo de las preferencias, los dirigentes del Partido Republicano, denominaron “marxistas” y “comunistas” a todos los que apoyan el precitado movimiento.
Fuentes no confirmadas pero muy imaginativas, que consideran el régimen del magnate neoyorkino como una parodia de la realidad, aseguran que mientras la gente marchaba, Donald Trump en Mar-a-Lago practicaba su discurso para cuando dejara de ser presidente para ser nombrado Su Majestad –aunque sea de un reality político- y aseguraron que al escuchar el lema “No King” con coraje respondió: “Fake news. Todos saben que si hubiera un rey, yo sería el mejor, el más estable y con la mejor puntuación en golf”. Enseguida, fiel a su estilo, respondió en su red social con una publicación en letras mayúsculas asegurando que “MILLONES ME APOYAN, LOS DEMÁS SON ACTORES DE HOLLYWOOD Y GENTE QUE NO EXISTE.”
Al parecer, la negación es el nuevo protocolo de la Casa Blanca, como lo indica la afirmación del orate principal: “Si 2,600 ciudades protestan, significa que todavía me aman en al menos 4,000. ¡Gané otra vez!” El opulento anaranjado tiene un talento único: Transformar la desaprobación pública en un aplausómetro personal. Si lo abuchean lo traduce como una “ovación silenciosa”; si lo demandan dice que es una “estrategia de marketing”; es capaz de declarar que las manifestaciones fueron en su honor y que “No King” significa “Know King”, es decir “Conozcan a su Rey”. En política como en los cuentos de hadas siempre hay un rey desnudo y millones tratando de explicarle que no trae ropa.
Punto final
Otro argumento que podría utilizar Trump es que las protestas fueron un montaje de Disney para promocionar la película basada en él, “El Rey León II” -con nueva melena-.
