Estamos en la semana del glaucoma y los expertos explican que es una patología ocular neurodegenerativa que interfiere en el nervio óptico y que afecta la funcionalidad del campo visual.
Estamos en la semana del glaucoma y los expertos explican que es una patología ocular neurodegenerativa que interfiere en el nervio óptico y que afecta la funcionalidad del campo visual.
El cálculo es que en México hay 1.5 millones de personas con esta enfermedad y la mayoría no lo sabe, quizá porque no entendieron aquello de la patología neurodegenerativa. La mayoría se entera cuando se queda ciego.
Ocurre lo mismo con otros tantos padecimientos. No hay conciencia, por ejemplo, de la importancia de medir el antígeno prostático para detectar mutaciones genéticas que pudieran activar los oncogenes, de lo que nos enteramos es del cáncer de próstata.
Quizá porque no le entendemos, apreciamos más a quien nos invita unos tragos o unos tacos grasosos de carnitas que quien nos advierte de los riesgos de la grasa y el alcohol en exceso. El que nos invita a mantener el cuerpo en forma nos cae gordo.
Con la economía nos sucede algo similar. Resulta muy difícil para la mayoría entender los efectos negativos de los desbalances en las cuentas públicas, lo que implica un excesivo gasto público que provoque un déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los resultados de la emisión excesiva de instrumentos de deuda del sector público.
Aquí es igual que el cáncer, nos enteramos cuando ya vemos la devaluación, la inflación, la recesión. La crisis, pues.
Pocos le ponen atención a los síntomas y las advertencias de los doctores en economía cuando advierten de la hipertensión presupuestal o de la invasión de las células cancerígenas del gasto público excesivo.
¿Fumar causa cáncer? ¡Sí! ¿Tomar un camino populista causa crisis? ¡También! Es más, hay personas que fuman 50 años y no les pasa nada, pero no hay un solo ejemplo en todo el mundo en donde un modelo populista no haya provocado una debacle económica, política y social.
Estamos en esta fase de campañas (intercampañas le llaman en la ley electoral) en la que anda por ahí un doctor muy serio tratando de explicar la importancia de mantener controlados los triglicéridos financieros y de seguir con una disciplina de un ejercicio económico que nos haga crecer de una manera sana, sostenida y por muchos años.
Pero al mismo tiempo está aquel cuate muy carismático, el popular de la cuadra, pero que es mala influencia que nos insiste en que nos vayamos de parranda con cargo al gasto público. Que nos desocupemos de trabajar porque ya no va a subir los precios de los alimentos y la gasolina.
Nos asegura que podemos comer unas grasosas quesadillas todos los días con maíz que sólo será producido en México porque vamos a cerrar las fronteras y que la grasa que ganemos con ese gasto irresponsable y excesivo no es mala para nuestro cuerpo de país.
Una patología ocular neurodegenerativa no atendida causa ceguera. Un déficit descontrolado de la cuenta corriente de la balanza de pagos causa una crisis. ¡Seguro!
La diferencia está en entenderlo a tiempo antes de que se conviertan en padecimientos irreversibles.