Sombra que no ha querido o no ha podido sacudirse, quizá por agradecimiento o tal vez por miedo a que las grietas que comienzan a verse en la 4T se hagan más grandes y provoquen el colapso
En unos días se cumplirán seis meses de que Claudia Sheinbaum asumió la Presidencia de la República, seis meses en los que la primera jefa del Estado Mexicano no las ha tenido todas consigo, a pesar de todos sus esfuerzos.
A la doctora Sheinbaum le ha costado trabajo mantener la cohesión del partido y ya comenzaron a presentarse situaciones que podrían interpretarse como grietas dentro de la 4T.
En estos casi seis meses la presidenta ha tenido lidiar con la “herencia maldita” de López Obrador, quién le legó una economía débil, un problema de inseguridad galopante y una sociedad polarizada.
A todo lo anterior debemos agregar que la “jerarquía” de la 4T busca reacomodarse tras la desaparición del mapa de su “líder moral”, Andrés Manuel López Obrador. Sí tuviera que definir en una frase la relación de la mandataria como las dirigencias de la coalición de Morena sería que “nadie la respeta” (como líder). Para ejemplo, a continuación les comparto algunos botones.
En primer lugar tenemos el cruce de acusaciones entre los líderes parlamentarios de Morena, Adán Augusto López, en el Senado y Ricardo Monreal, que ameritó un jalón de orejas presidencial, a través de la secretaria de Gobernación.
Otro botoncito es el tremendo fracaso que significó el que no fuera aprobada en sus términos la propuesta de reforma constitucional que prohíbe el nepotismo y la reelección continua de legisladores y presidentes municipales. La presidenta proponía que entrara en vigor en las elecciones intermedias, en 2027. Sin embargo, sus legisladores la patearon hasta 2030 por presiones internas del bloque gobernante, encabezadas por el Partido Verde.
En estos seis meses la presidenta Sheinbaum ha tenido que cargar con los protegidos y los purificados. En esta categoría tenemos a Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos, que a pesar de los múltiples señalamientos en su contra por corrupción fue premiado con una diputación y está a punto de librar un juicio de procedencia por la acusación de intento de violación.
Qué decir también de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, quién se atrevió a criticar la decisión de revisar los libros de texto realizados en el sexenio pasado.
No puedo dejar de mencionar el despiste de los líderes “cuatroteros”, que por la “emoción” no vieron pasar a la presidenta durante el evento en que se “celebró” no impuso los aranceles prometidos a México, al menos por otro mes.
Para poner la cereza al pastel de estos seis meses de gobierno tenemos el caso Teuchitlán que puso los reflectores sobre el problema de los desaparecidos. Según estadísticas, en lo que va del sexenio van más de siete mil personas desaparecidas no localizadas, víctimas de la delincuencia por las que no se hace un pase de lista
Pero desde mi punto de vista, el lastre más grande en estos primeros seis meses de gobierno es la sombra de López Obrador, que le ha impedido a Sheinbaum tomar el control total. Sombra que no ha querido o no ha podido sacudirse, quizá por agradecimiento o tal vez por miedo a que las grietas que comienzan a verse en la 4T se hagan más grandes y provoquen el colapso.
EN EL TINTERO
No crean que me olvidé de Donald Trump, pero la relación Sheinbaum-Trump merece tratarse por separado.
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