En la elección del presidente Barack Obama, 70% de Latinos le apoyaron, pero ahora, sin un liderazgo claro y una comunidad dividida, Trump ha aprovechado para reclutar un número sin precedentes, de Latinos
Cuando finalmente, los votantes Latinos han llegado a constituir un bloque de 36 millones 200 mil potenciales votantes, de los que se espera, al menos 17.5 millones participen, decidiendo quien será la próxima o próximo presidente de Estados Unidos, están divididos.
Aunque suene a mentira o broma de mal gusto, tristemente, así es.

La población Latina, ahora de 65.2 millones, que la coloca como el segundo grupo más grande de votantes, después de los blancos, pero encima de las población negra y asiática, parece haber olvidado toda una historia, durante décadas, de ataques e iniciativas de legisladores y gobernadores republicanos, o quizás, simplemente lo desconocen.
En la elección del presidente Barack Obama, 70% de Latinos le apoyaron, pero ahora, sin un liderazgo claro y una comunidad dividida, Trump ha aprovechado para reclutar un número sin precedentes, de Latinos.
Ahora resulta que un mayor número de Latinos decidió apoyar a Trump sin importantes su política antiinmigrante y especialmente antilatina a diferencia de otros tiempos en que estaban preocupados por una reforma migratoria, empleos y economía, pero ahora se dicen “molestos,” porque, dicen, “les preocupa la llegada de inmigrantes que puedan victimizarlos y están contra la inmigración indocumentada y control fronterizo”.
También, porque, dicen, “los demócratas han ido muy lejos usando el gobierno como arma política,” -sin estar bien enterados- y ni razón alguna, abrazando la gran mentira de Trump, para “justificar” casi un centenar de cargos criminales, en media docena de procesos legales en su contra.
Una encuesta del diario The New York Times y Sienna, coincide con el más reciente reporte de Pew Center, que señala que 39% de Latinos registrados para votar, apoya a Trump, contra un 57% que apoya a Kamala Harris, 10% menos que el 67% que apoyó a Biden.
Los que apoyan a Trump, dicen que “el expresidente nunca cumple sus amenazas y que si lo hiciera, no se refiere a ellos,” cuando habla de deportación masiva.”

Adicionalmente, 24% de Latinos apoyaba al disidente familiar Robert F. Kennedy, quien finalmente se entregó a Trump y cuyos votos podrían favorecer también al expresidente.
La vicepresidenta Kamala Harris tiene el apoyo de 57% de latinos, de los que 65% son protestantes, 65% católicos y 67% sin afiliación religiosa. 58% son mujeres y 55% hombres, en contraste con 41% hombres latinos por Trump y 37% de mujeres.
En edad, 59% de Latinos con Harris tienen menos de 50 años, contra 35% que apoyan a Trump, 52% mayores de 50 apoyan a Kamala contra 45% a Trump. Harris también es apoyada por todos los grupos Latinos con mayor educación.
Kamala también está de gira, como parte de un último esfuerzo por darse a conocer mejor y promover sus propuestas, visión del país y planes, logrando un creciente apoyo de sindicatos, artistas y más de 200 exaltos funcionarios de administraciones Republicanas y la recaudación de mil millones de dólares, desde julio.

Presionado por el tiempo, Trump inició maratónicas giras a Nevada, California y Arizona en un solo día, con un creciente nerviosismo sobre una eventual segunda derrota, que podría tener graves consecuencias en sus procesos legales.
Por lo que el expresidente cierra su campaña con incendiarias declaraciones, ráfagas de insultos, ataques, acusaciones falsas y cuanto tiene a la mano, tratando de desacreditar a los demócratas, los que, por su parte, reviven la enfermiza admiración y relación de Trump con el presidente Ruso Vladimir Putin, quien no ha dejado de apoyarlo con grandes sumas de dinero, uso de redes sociales y de múltiples formas, por el enorme interés que tiene, de que Estados Unidos corte la asistencia Militar a Ucrania, para finalmente invadirla.
Y es que en su nuevo libro “War,” quinto sobre Trump, que sale al mercado el martes próximo, el legendario periodista Bob Woodward, del diario Washington Post, -autor, con su colega Carl Bernstein-, de los explosivos artículos sobre el escándalo de Watergate, obligaron a renunciar al expresidente Richard Nixon, hace nuevas revelaciones sobre el expresidente Trump.
Revela que, durante la etapa más difícil de la pandemia en Estados Unidos, Trump envió secretamente a Putin un raro aparato para realizar pruebas de Covid19, para uso personal, generando molestia y críticas de quienes necesitaban de esos equipos en este país.
El cierre de campaña de Trump, también incluye intensos ataques contra inmigrantes indocumentados, que incluye insultos y ataques contra la vicepresidenta demócrata, que teme los derrote por segunda ocasión y como es habitual, contra indocumentados, que califica de “bestias, animales criminales asesinos y violadores,” reiterando su amenaza de “condenar a muerte o deportación masiva”, en la que sueña, sería la “Operación Aurora,” en memoria de víctimas, en Aurora, Colorado.
Sus declaraciones sin embargo, no parecen mover a muchos latinos en su contra, porque, erróneamente pretenden que “no se refiere a ellos” y, por el contrario, parece tener efectos que le favorecen, en su cacería de despistados e incautos y desinformados latinos, en comunidades a donde ha enviado emisarios para que, con no menos intensas campañas de desinformación y mentiras, participen en eventos y hasta mesas redondas, reiterando abiertamente su oposición contra “la inmigración masiva,” que, dice, “destruye la economía, incrementa el crimen y genera carestía.”
En reuniones en California, Nevada y Arizona, inmigrantes “elogiaron” la política anti-inmigrante de Trump, sus planes para el cierre de la frontera y dijeron “estar confiados en su manejo económico, fronterizo y contra el crimen,” atacando al presidente demócrata Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, a los que acabaron culpando de la inflación y alto costo de la vida.
Después de haber cubierto décadas de una intensa guerra del Partido Republicano contra los inmigrantes indocumentados, con iniciativas para excluirlos de la educación, vivienda, beneficios laborales, arrancándoles a sus hijos, para enjaularlos, las iniciativas 187 de California, otras en Arizona y otros estados, hasta llegar a la criminalización del cruce sin documentos, me parece simplemente increíble que bajo argumentos inconsistentes, un mayor porcentaje de la población latina, haya terminado alineándose con quien pretende eliminar la democracia, neutralizar a Estados Unidos, e implementar una autocracia, que podría tener también serias repercusiones para ellos y sus familias.
Pero en fin… ¡son cosas de la democracia!