A lo largo de mi vida he sido aficionado a muchas disciplinas deportivas. Esto gracias al ejemplo que mis padres desde niño me inculcaron hacer deporte e ir obteniendo el gusto por ellos. Como muchos de ustedes saben, soy un gran aficionado a los Pieles Rojas de Washington y Yankees de Nueva York. Sin duda … Continued
A lo largo de mi vida he sido aficionado a muchas disciplinas deportivas. Esto gracias al ejemplo que mis padres desde niño me inculcaron hacer deporte e ir obteniendo el gusto por ellos.
Como muchos de ustedes saben, soy un gran aficionado a los Pieles Rojas de Washington y Yankees de Nueva York. Sin duda estas dos organizaciones son una parte importante en mi vida, así como el deporte. Amo el deporte en su máximo esplendor y parte de esto ha sido el tenis.
Conforme fui creciendo, me tocó ver a grandes tenistas: cómo olvidar las diferentes rivalidades Lendl- Becker, Graf-Seles, Evert – Navratilova, Agassi-Sampras, por mencionar algunas.
Sin embargo, ser testigo durante varios años lo que ha hecho Roger Federer es algo inexplicable.
Hace unas horas, el suizo ganó su décimo noveno Grand Slam al obtener su octavo título en el césped sagrado de Wimbledon a los 35 años de edad, algo que probablemente quede escrito en los libros del tenis por mucho tiempo, ya que será difícil ver pronto a cualquier jugador superar dicho número de títulos de Grand Slams y, más aún, ganarlo a esa edad sin perder un solo set.
Federer ha hecho que el deporte blanco se vea de diferente forma ya que nos ha acostumbrado a ver la perfección. ¿Cuántos de ustedes ven un partido si no está el suizo en la pantalla?, ¿cuántos le vamos a Roger Federer? ¿cuántos van a perder el interés de este bello deporte una vez que Su Majestad se retire? Es correcto, espero que cada quien con sus respuestas valore lo que tenemos enfrente ya que no falta mucho tiempo para su retiro.
Gracias, Roger Federer, por habernos dado tantos bonitos momentos a lo largo la vida. Gracias por hacerme disfrutar tus victorias así como lamentar y sufrir en tus pocas derrotas. Gracias por enseñarme que siempre hay que ver al frente y luchar por tus objetivos pero, más que nada, gracias por poder decirle a mis nietos que fui testigo de ver jugar a Roger Federer.
Minuto a minuto
