La frase de marras se convirtió en haga Patria, mate un gringo; como si el dos por ciento de la población de la ciudad, que supuestamente son norteamericanos, fuera justificación de la idiotez
Luego de los dos sismos de 1985, una cantidad notable de chilangos decidió abandonar la ciudad de México en ruinas, para irse a vivir en lo que llamamos el interior de la república; como si ella tuviera exterior. La distorsión crónica que los mexicanos sufrimos del nacionalismio de corral o chauvinismo patriotero, generó entonces el slogan, afortunadamene momentáneo, de “haga Patria, mate un chilango”, en Puebla, Querétaro, Veracruz, Guadalajara o Monterrrey. Nos estaban invadiendo nuestra casa los indeseables.
En algunos casos, y debido a su mejor nivel de ingresos, los nuevos colonos se hicieron a bajo precio de bellas casas, frecuntemente maltratadas, en el centro de las viejas ciudades. El fenómeno norteamericano de la mudanza a los suburbios nos había contagiado, y los pobladores de siempre del centro de las ciudades, ya no podían pagar los alquileres que se habían elevado por las mejoras que los nuevos vecinos habían introducido. No sabíamos que estábamos entrando a un fenómeno social que se llama gentrificación, y que está hoy invadiendo barrios enteros en Madrid, París, Londres, y ahora la Ciudad de México, particularmente las colonias Condesa y Roma. Próximamente en su barrio.
El valor de los inmuebles se ha venido incrementando adicionalmente por la modalidad del AirBnB, que originalmente aludía al alquiler de viviendas con bed and breakfast a los turistas que no querían pagar los altos precios de los hoteles. Hay en México una carencia de regulación de este sistema, que ha puesto los precios reales de las casas por los cielos.
Los propietarios, acudiendo a los tradicionales métodos de los caseros inmorales, han visto la oportunidad de riqueza rápida y fácil. Expulsar a los inquilinos subiéndoles el alquiler a niveles impagables, u obligando a vender a los viejos propietarios, para hacer de las viviendas cuartos de paso cercanos a fondas especiales, cafetines caros, lugares de ligue, librerías, galerías y otra clase de atractivos. Siempre en detrimento de los habitantes tradicionales.
La molestia de estos últimos, y el oportunismo de los grupos provocadores de choque que ya conocemos, les llevó a una manifestación que pierde su legitimidad al devenir agresión violenta a bienes de terceros, a manos y mazos de encapuchados cada vez más frecuentes en las marchas sociales. Estamos hablando de dos cosas distintas: un problema de vivienda urbana desatendida, y un hecho que sirve de pretexto para ejercer presión política. No se nos olvide que en la marcha en contra de la gentrificación, la alcaldía afectada recibió órdenes del gobierno de la ciudad capital de guardarse su policía para mejor ocasión y no intervenir.
La frase de marras se convirtió en haga Patria, mate un gringo; como si el dos por ciento de la población de la ciudad, que supuestamente son norteamericanos, fuera justificación de la idiotez.
No le queda claro a doña Clara Brugada, gobernadora de la ciudad capital, que a la gentrificación no queda más que oponer la gentificación: transformar a los chilangos en gente, responsable, consciente, tolerante y capaz. Ciudadanos, pues. Para no escuchar más el ofensivo grito patriotero.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): En la política nada es casual; todo tiene un origen.
A mí no me sorprende que, a unos días de haber aparecido en un documental criticando la decisión de Lopitos de anular el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, el expresidente Enrique Peña Nieto haya vuelto a ser nota de prensa. El periódico The Marker, del importante grupo Haaretz de Israel, publicó una nota de conflicto de intereses entre socios de allá, sugiriendo que uno de ellos -o ambos- habían pagado “al Señor Grande” de México, la ridícula cantidad de 25 millones de dólares para que más tarde, cuando fuera presidente de México, favoreciera la compra del sistema Pegasus de espionaje, para usarlo en contra de sus adversarios.
Menos me sorprende que, a partir de esa nota periodística, la muy independiente Procuraduría Federal de Justicia del país, haya iniciado una carpeta de investigación al respecto sobe el expresidente. Sin que yo le defienda.
Carpeta de investigación que nunca abrió sobre los documentados actos de corrupción de los hijitos del papá de Andy.
P.S. ¡Y no me vengan con que a Mbappé le dio chorrillo!