Ellos han ganado una enorme influencia para definir cómo nos comunicamos, viajamos, producimos y repartimos la información. Cualquiera diría que tienen el mundo en sus manos. Se llama Generación Facebook o Generación F. Son los primeros en la historia que llevan un registro digital exhaustivo de su existencia: lo que piensan y lo que sueñan; … Continued
Ellos han ganado una enorme influencia para definir cómo nos comunicamos, viajamos, producimos y repartimos la información. Cualquiera diría que tienen el mundo en sus manos.
Se llama Generación Facebook o Generación F. Son los primeros en la historia que llevan un registro digital exhaustivo de su existencia: lo que piensan y lo que sueñan; dónde viven y a dónde viajan; a quién aman y a quién odian; con qué político simpatizan y a cuál no quieren ver ni oír.
Con ellos se está redefiniendo lo que es público y privado, por no hablar de lo íntimo. En esta generación hay una exploración creativa de las relaciones personales, entre otras cosas porque siguen empeñados en demostrar que lo digital puede ser más real que la carne y los huesos.
Están llamados a transformar el mundo del trabajo. Pueden crear redes virtuales para discutir ideas, ensamblar una canción o remodelar una fábrica. Conceptos como lugar y horario de trabajo no significan para ellos lo mismo que para un burócrata. Corrección, no significan lo mismo que para una persona nacida en un mundo de átomos y educada para creer en el ladrillo, el fierro o el papel.
Ellos han ganado una enorme influencia para definir cómo nos comunicamos, viajamos, producimos y repartimos la información. Cualquiera diría que tienen el mundo en sus manos. Las empresas los cortejan en sus campañas de marketing; los viejos los miran con una mezcla de envidia y recelo, mientras que los poderosos le temen a sus dedos viperinos. Le han cambiado la vida a Lady Profeco y a Lord Rolls Royce, además de miles de personas a las que el bullying digital no les alcanzó a otorgar un título nobiliario.
Generación Facebook. Son todos los que son y muchos de los que quieren ser. Más de mil 600 millones de personas usan Facebook en el mundo. México es el quinto país con más usuarios del planeta, solo por debajo de cuatro naciones mucho más pobladas que nosotros: Estados Unidos, India, Brasil e Indonesia.
Generación F. ¿Serán capaces de cambiar la política? Con toda su astucia y su arsenal de cualidades, esta generación se ha mostrado tremendamente apática cuando se trata de participar en los rituales de la política tradicional. Prefieren dar like a votar o tener decenas de miles de seguidores que competir por un cargo de elección popular.
Ellos dieron la nota en el caso del Brexit. Según las encuestas, 75 por ciento de los miembros de la Generación Facebook estaban a favor de permanecer en la Unión Europea. De eso estaban convencidos y lo manifestaban en sus cuentas de Facebook, Twitter o en videos de YouTube. El problema es que el día de la votación, el jueves 23 de junio, solo se presentó a las urnas 32 por ciento de ellos. Ellos son muy listos pero fueron derrotados por los mayores de 65 años, una generación que padece severas limitaciones para operar en el mundo digital, pero que sabe lo que cuenta depositar su voto. De ellos, fue a las urnas cerca de 80 por ciento.
Generación Facebook contra la danza de Los Viejitos. En los próximos años veremos crecer la lucha entre generaciones. No solo en Europa, sino también en México. Los viejos también tienen futuro, incluso después de la jubilación, porque la expectativa de vida seguirá elevándose. Alcanzar una edad de 90 años no será excepcional. Esto quiere decir 20 o 30 años de vida, después del retiro laboral.
Los viejos serán mayoría y podrán definir el futuro de los jóvenes e inclinar los resultados y los presupuestos en su favor. Podrán, si la Generación F no se ponen las pilas en cosas tan simples como organizarse para votar.
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