¿Refundación con los mismos militantes? ¿Ganar simpatías sin abrazar la defensa de los derechos sociales? ¿La defensa de las instituciones del viejo régimen y un discurso anti woke?
Jorge Romero invocó tres veces a Dios y el PAN tuvo la bendición de la jerarquía católica en su reposicionamiento en el sistema de partidos y la extremaunción de las coaliciones con los partidos de centro-izquierda. Ante la hegemonía de Morena ahora se abre a los ciudadanos y propone primarias para poner en la boleta a los candidatos más competitivos.
¿Y el panismo? A trabajar en territorio mientras que la dirigencia despliega un plan de largo plazo para ubicarse como una derecha moderada, constructiva. Inteligente.
Remozado su logo —atribuido al publicista brasileño Jorge Gerez—y su planteamiento ideológico, el PAN comienza la cuenta regresiva del 2027. A 20 meses de las elecciones intermedias del claudismo, se cierra a las alianzas con los partidos tradicionales y se abre a los ciudadanos.
La vieja guardia blanquiazul —ésa que concertacesionó con los salinistas y los peñistas— ya pasó a retiro. Forjada en Acción Juvenil, adiestrada en la UP y la GWU, la generación del cartel inmobiliario tratará de combatir a Morena abrazada a una bandera libertaria, conservadora.
¿Mejor solos que mal acompañados? Con más conexiones en Madrid que en Washington D.C., la cúpula encabezada por Jorge Romero optó por las fruslerías y rehuyó a la confrontación directa con los puros. Tiene la vista puesta en el 2030.
Hartos de la polarización, sostiene, los ciudadanos quieren escuchar propuestas. Auto colocado en el centro del polo opositor, busca despojarse del lastre y coincide con el oficialismo en un objetivo avieso: la reducción —por enanismo electoral— del PRI.
A la generación del cartel inmobiliario resulta repulsivo que los asocien con Alito y los actuales dueños del PRI, pero necesitan de los ejércitos electorales que todavía obedecen a los jerarcas del tricolor. El relanzamiento del PAN es defectuoso, mercadológicamente.
¿Refundación con los mismos militantes? ¿Ganar simpatías sin abrazar la defensa de los derechos sociales? ¿La defensa de las instituciones del viejo régimen y un discurso anti woke?
Con una modestia irritante para la extrema derecha, Romero clama que no pretende imponer una nueva ideología, sino recuperar algo más necesario que nunca: el respeto por los hechos, el pensamiento crítico y la libertad. La batalla cultural —parece decir— no implica necesariamente una disputa por el votante. Pronto comprobará con rotundidad si la moderación es electoralmente rentable.
Efectos secundarios
ANTÍDOTO. Con gobiernos municipales en una veintena de capitales del país, Morena ha podido frenar a la oposición y ganar terreno al PAN incluso en sus bastiones históricos. En Puebla, José Chedraui Budib cumplió un año como alcalde y tras de presentar su informe de gobierno, obtuvo el reconocimiento del gobernador Alejandro Armenta Mier, por hacer rescatar a la Angelópolis, que había quedado atrapada en la disputa entre las facciones panistas. La recuperación económica y la rehabilitación de la infraestructura urbana implementadas por el alcalde morenista han servido para cambiar las preferencias de los poblanos capitalinos.
