La 4T ha cacareado por todos lados su lucha contra la corrupción. Pero lo cierto es que su lucha se ha quedado en palabrería
Una de las banderas que encumbró al poder a la 4T fue el combate a la corrupción. En su discurso de toma de posesión, López Obrador dijo que iba a barrer la corrupción, como se barren las escaleras, de arriba para abajo. Incluso llegó a decir que sin corrupción el gobierno federal iba a tener un ahorro de 500 mil millones de pesos, recursos suficientes para financiar sus programas sociales.
“Concluido el primer piso de la 4T” vemos que la escoba anticorrupción falló. En su más reciente reporte sobre percepción de la corrupción, México se ubica en el lugar 140 (obtuvo 26 puntos de 100 posibles), de 180 naciones que se evalúan, lo que significa una caída de 14 lugares respecto al reporte anterior, en el que nuestro país ocupó el lugar 126 (obtuvo 31 puntos de 100).
La 4T, encabezada en su momento por López Obrador y ahora por la presidenta Sheinbaum ha cacareado por todos lados su lucha contra la corrupción. Pero lo cierto es que su lucha se ha quedado en palabrería. Aquí algunos botones de muestra:
Según nos contaron en el sexenio pasado, Emilio Lozoya era el hilo que les iba a poner en bandeja de plata a muchos peces gordos relacionados con los casos Odebrecht, OHL y Agronitrogenados. El señor Lozoya estuvo en libertad un tiempo y fue ingresado al reclusorio luego que la periodista Lourdes Mendoza lo captara comiendo en un restaurante de lujo en la Ciudad de México. Nada pasó y nada pasará.
Antes incluso de tomar posesión, López Obrador canceló el proyecto del Aeropuerto en Texcoco, con el argumento que estaba rodeado de una estela de corrupción, no obstante las acusaciones, hasta el momento no hay ningún procesado.
La 4T provocó una crisis de abastecimiento de medicamentos en el sector público debido a que canceló contratos con grandes farmacéuticas, el argumento: prácticas de corrupción. Igual que en el caso del aeropuerto de Texcoco nunca hubo ni habrá algún procesado por los actos denunciados.
El actual régimen canceló el programa de estancias infantiles argumentando también prácticas de corrupción, nuevamente no pasó nada.
Quizá el caso de corrupción más emblemático de corrupción en la 4T es Segalmex. Más de 15 mil millones de pesos fueron malversados. Sí, acertaron estimados amigos, tampoco pasó nada.
No puedo dejar de mencionar los múltiples casos de irregularidades que no fueron investigados bajo la consigna de que “no son iguales”.
Pero quisiera volver al principio. López Obrador decía que con lo que se ahorrara de la corrupción se iban a poder financiar todos los programas sociales. Nunca en cinco años y diez meses de gobierno encontró el cajón donde se guardaba el dinero destinado a la corrupción y comenzó a gastar los ahorros de gobiernos anteriores, en fideicomisos para financiar sus programas sociales. Ese despilfarro también es corrupción.
Los párrafos anteriores son sólo botones de muestra de que los encargados de combatir la corrupción en la 4T no saben barrer y “limpian” el gobierno de corruptos con “jarabe de pico”.
EN EL TINTERO
Ahora sí que al gobierno de Estados Unidos llegó la “austeridad republicana” (lo digo por el partido del presidente). Donald Trump y su fiel escudero Elon Musk tienen en su agenda despedir a miles de empleados federales. Ni el Pentágono se escapará de los ajustes.
Este 17 de febrero México perdió dos iconos del espectáculo: Paquita la del Barrio y Tongolele (DEP).
¿Cuauhtémoc Blanco y Alejandro Moreno enfrentarán a la justicia?
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