En diciembre del año pasado, estos expertos, mexicanos y extranjeros, estimaban que el Producto Interno Bruto (PIB) de México habría de crecer este 2019 en 1.80 por ciento. Ya para ese momento se notaba una tendencia de baja en el crecimiento económico, sobre todo tras la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco. Nunca imaginaron en ese momento el tamaño del derrumbe
Si revisamos las estimaciones de hace un año de los expertos en economía que habitualmente consulta el Banco de México, la realidad es que esas expectativas se parecen poco a la realidad del cierre de este 2019.
En diciembre del año pasado, estos expertos, mexicanos y extranjeros, estimaban que el Producto Interno Bruto (PIB) de México habría de crecer este 2019 en 1.80 por ciento. Ya para ese momento se notaba una tendencia de baja en el crecimiento económico, sobre todo tras la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco. Nunca imaginaron en ese momento el tamaño del derrumbe.
Un año después, esos mismos expertos lanzan un último estimado del comportamiento del PIB durante este 2019 y lo ubican en cero. Sí, en un año la expectativa pasó de crecer casi 2% a no crecer nada. Es una de las bajas más pronunciadas en la historia contemporánea para un año sin crisis.
Y que digan misa en la 4T, haber tirado así las expectativas de crecimiento como resultado de muchas fallidas políticas internas es un fracaso por donde se le quiera ver.
Y si la medición del PIB les parece algo insignificante, pues habrá que ver las expectativas de creación de empleos formales. Hace un año, los expertos calculaban 662,000 nuevas plazas y un año después sólo esperan que en este 2019 se creen 365,000 puestos nuevos.
Pero hay otros indicadores pronosticados hace un año que cerrarán mucho mejor de lo estimado. En especial, la inflación. En la encuesta de diciembre del año pasado, esperaban un crecimiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor durante este 2019 de 3.89 por ciento. Su última revisión, en la más reciente encuesta, proyecta un cierre de 2.94 por ciento.
Éste es un triunfo del Banco de México y su política monetaria, con el apoyo de un jalón para abajo a los precios derivado de la contracción de la demanda.
El tipo de cambio lo esperaban los analistas hace un año con un cierre en 20.59 y ahora aceptan un cierre de la paridad peso-dólar en 19.50.
La tasa de referencia bancaria pasó de una expectativa hace un año de 8.25 a 7.25% en la encuesta de un año después.
Ya con el 2019 finalizado, lo que sigue es calcular el futuro económico del próximo año, pero también es momento de incorporar las estimaciones para el 2021.
Lo primero que habría que esperar es que no se tomen más decisiones absurdas de gobierno que tiren más la economía. Que hayan aprendido ya a llevar las finanzas públicas y que cuando les fallen los cálculos de ingreso-gasto no lo compensen con deuda.
Por lo pronto, estos expertos lanzan sus cálculos del comportamiento del PIB, para el 2020 esperan apenas un crecimiento de 1.10%, estimación que finalmente en esta última encuesta detuvo la caída sostenida que tenía.
Y para el 2021 lanzan un primer pronóstico de crecimiento económico de 1.80% en aquel que, además, será año electoral.
Nunca ha sido una ciencia fácil hacer pronósticos económicos, pero ahora, con tantos personajes tan impredecibles en la toma de decisiones políticas en todo el mundo, es mucho más complicado.