Evo Morales encontró el caminito del gobierno vitalicio al mandar aprobar a su Congreso la revocación de mandato y la reelección presidencial por dos mandatos seguidos
La revocación de mandato ha funcionado para la construcción de dictaduras electorales. Por eso en la región sólo la habían adoptado Chávez, Correa y Evo Morales, quien acaba de obligar a su autoridad electoral a regalarle otra elección. Y gobernará hasta 2025.
El mandatario boliviano lleva casi cinco mil días en el poder. Es quien más tiempo ha gobernado Bolivia y lo hace bajo una premisa que le resulta exitosa: “Estar sometidos a las leyes es perjudicarnos, aunque digan que es inconstitucional”.
Ayer, después de cuatro días de masivas protestas de fraude en la elección del domingo pasado, su Tribunal Electoral anunció que la tendencia de Evo Morales es imposible de superar por su rival, el centrista Mesa.
Así que Bolivia seguirá bajo el zapato populista, y de un presidente muy conocido por su ambición de poder, que se mandó construir un museo de siete millones de dólares para que los bolivianos conozcan su historia personal, y se edificó un palacio presidencial de 38 millones de dólares.
Evo Morales encontró el caminito del gobierno vitalicio al mandar aprobar a su Congreso la revocación de mandato y la reelección presidencial por dos mandatos seguidos. Además, en 2016 hizo una consulta popular para cambiar la ley y buscar la reelección como presidente sin límite de tiempo.
Su cantinela es que “me debo al pueblo, el pueblo dirá quiénes se van y quiénes se quedan para garantizar este proceso de transformación”. De esa manera viola su propia Constitución y controla de forma tan absoluta las instituciones, que la oposición dejó de tener posibilidades de ganarle.
Sin embargo, llegó a la presidencia gracias al mismo Estado de Derecho al que hoy desobedece, al extremo de que es tristemente célebre el siguiente comentario suyo:
“Por encima de lo jurídico, es lo político. Quiero que sepan que cuando algún jurista me dice: Evo, te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal, bueno yo le meto, por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: si es ilegal, legalicen Uds. ¿para qué han estudiado?”
Claramente, lo puso en practica tras perder, el 21 de febrero de 2016, un referéndum para volver a postularse a la presidencia el domingo pasado: en 2017 su Tribunal Constitucional sentenció que, aun habiendo perdido Evo Morales el referéndum, podía buscar la reelección de manera indefinida. Y punto.
De todos modos, ya no tiene los cuantiosos recursos económicos de los que gozó en sus primeros seis años de mandato, lo cual es muy peligroso para sus gobernados: un déspota sin economía es como un chango con navaja en una mano.
Y cuando se le acaba la lana…
Lo único que le queda es la represión.