Por cierto Trump apoda a Biden “el dormilón”. ¿Será porque el demócrata duerme plácidamente mientras que el potentado sufre de pesadillas en las que pierde la reelección?
Después de dos semanas de protestas jamás vistas en el país que preside, protestas que se extendieron a muchas ciudades de todo el mundo, por el asesinato del afroamericano George Floyd, al que asfixió el policía blanco Derek Chauvin, ayudado por dos de sus compañeros también blancos, ante la presencia de otro policía blanco (de la crítica, porque ni siquiera intentó persuadir a sus compañeros de no efectuar el crimen), Donald Trump, presidente de Estados Unidos de NorteameriKKKa, amenazó a los ciudadanos estadounidenses con recurrir a las tropas federales para silenciar su justa indignación. Ante la oposición de algunos jerarcas militares, entre los que destacan su exsecretario de Defensa, James Mattis; los exjefes del Estado Mayor, general Martín Demsey y el almirante Mike Mullen; el comandante de la guerra de Afganistán, Jonh Allen; así como el exsecretario de Estado con Bush junior, Colin Powel; quienes se han manifestado, de manera abierta y categórica, contra los deseos de Trump de poner en acción al Ejercito contra las protestas, tal vez puedan hacer que el magnate anaranjado dé marcha atrás.
En opinión del general de cuatro estrellas, Mike Mullen, “el actual comandante en jefe –léase Donald Trump– está amenazando la constitución y la democracia (…) podríamos estar viendo el inicio del fin del experimento estadounidense pero las protestas podrán ser lo que rescate al país con un cambio que tiene que venir desde abajo”.
En Colin Powel, Trump ha encontrado su Némesis, desde el principio de la gestión del hombre de rara cabellera, Powel declaró que él, pese a ser republicano, no votó por el neoyorquino. Ahora ante la triple crisis – pandemia de salud pública, desaliento económico y el problema racial– de la que el empresario absurdamente metido a político trata de salir echándole la culpa a otros –a la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo–, Powel ha manifestado que Trump es un peligro y un mentiroso, que se ha alejado de la constitución y que él apoyará en las elecciones de noviembre a Joe Biden.
Por cierto Trump apoda a Biden “el dormilón”. ¿Será porque el demócrata duerme plácidamente mientras que el potentado sufre de pesadillas en las que pierde la reelección?
Por su parte, el destacado filósofo y lingüista, Noam Chomsky, en una entrevista concedida a la agencia de noticias AFP, dijo que en Estados Unidos “no hay un liderazgo coherente. La Casa Blanca está en manos de un sociópata megalómano que sólo está interesado en su propio poder, en sus perspectivas electorales, y al cual no le importa lo que pase en el país, ni en el mundo”.
Algunos datos de la información que he manejado en la elaboración de esta columna los tomé del periodista David Brook, quien aseveró que el filósofo y activista anteriormente citado, al comentar sobre Trump dijo que éste está guiado por la máxima del general franquista José Millán Astray quien dijo: ¡Muera la inteligencia; viva la muerte!, frase que inspira al neoyorquino presidente al abordar “múltiples crisis como la pandemia, el cambio climático, y ahora la ola de protestas”.
Como Trump tiene la popularidad más baja que el salario mínimo en México; al apostillar sobre si éste podría intentar recurrir a la mentira y al fraude electoral para mantenerse en el poder, Chomsky indicó que “ya se están preparando una estafa de manera enérgica, y no por primera vez. Saben que tienen un partido minoritario y que tienen que recurrir al engaño y al fraude para mantener el poder político”. (He aquí una oportunidad para que el PRI les ofrezca tecnología de punta en la materia).
En la entrevista para la AFP, Chomsky apuntó que la gestión de Trump lleva a Estados Unidos al abismo, o como termina David Brooks su columna Mexican Curios: El país –USA– está en un precipicio.