Allá afuera hay una guerra comercial en curso. Son quizá los primeros disparos, pero no hay duda de que la pelea será con todo el armamento del que disponen tanto Estados Unidos como China. Lo que sabemos es que no habrá un ganador y que en la medición de fuerzas habrá muchas víctimas, principalmente los … Continued
Allá afuera hay una guerra comercial en curso. Son quizá los primeros disparos, pero no hay duda de que la pelea será con todo el armamento del que disponen tanto Estados Unidos como China.
Lo que sabemos es que no habrá un ganador y que en la medición de fuerzas habrá muchas víctimas, principalmente los consumidores.
Paradójicamente es esta incursión de Estados Unidos en contra de los intereses chinos lo que le da mayores posibilidades de éxito a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Donald Trump ve mucha televisión, en especial los noticieros de las cadenas más conservadoras de su país y con base en eso que ve en la pantalla, toma su teléfono móvil y empieza a tuitear sandeces en contra de México y su relación con nuestro país.
Pero más allá de que ya nadie reacciona ante un tuit de Trump, lo cierto es que hoy las apuestas apuntan a que México, Canadá y Estados Unidos van a lograr la renegociación del acuerdo comercial trilateral y que incluso se podrá lograr pronto.
Las próximas elecciones en México, en menos de 90 días, son un incentivo para todos para hacerlo pronto y la imposición de aranceles a China y la respuesta del gigante asiático constituyen una definitiva necesidad de Estados Unidos de tener un bloque sólido norteamericano impermeable a la influencia comercial china.
Estados Unidos nos necesita de su lado en esta aventura proteccionista que ha emprendido Donald Trump contra China.
Estados Unidos se equivoca, sin duda, en desatar una guerra comercial, en despertar a los monstruos proteccionistas que generaron la gran depresión en la década de los 30 del siglo pasado.
Pero cometería un error mayor si rompe las cadenas productivas que ha generado en el bloque norteamericano.
Lo que tiene escrito y vigente con México y con Canadá es de una enorme conveniencia para Estados Unidos, porque tiene el control de la propiedad industrial y todo sin abrir su frontera al libre tránsito de personas.
No dejaremos de ver presiones del presidente de Estados Unidos en contra de México, porque ese es su estilo altanero de negociar. Le sugiero ver la programación de Fox News para saber el estado de ánimo y la agenda del día de Trump.
Un reportaje de la Caravana de Refugiados 2018 transmitido por esta cadena de noticias encolerizó a Trump y de ahí sus recientes tuits sobre la permisividad de México con los indocumentados centroamericanos.
Y como sabe que el callo que más duele pisar en México es el del libre comercio, ahí acomoda el taconazo de su ataque.
Lo bueno es que el poder de influencia de sus tuits está muy menguado y lo que alguna vez causó turbulencias en los mercados hoy sólo genera la molestia de tener que atender lo que haya escrito. Y ya.
Pero la realidad es que los que saben del tema comercial han elevado su posibilidad de una conclusión positiva del TLCAN. Y en esto mucho tiene que ver el inicio de una guerra comercial con los chinos.