Sabina Berman es una escritora destacada y premiada, en nuestro país y en el extranjero, que también ha hecho televisión
“No le puedo exigir nada, general. Es una mujer pensante. Se gana sola la vida. ¿Con qué la obligo?”, le dice Adrián al espectro de Pancho Villa, en la obra de teatro Entre Villa y una mujer desnuda, de Sabina Berman, puesta en escena en 1993 y hecha película en 1996. Gina, la protagonista femenina, es una mujer que se vale por sí misma y que es capaz de renunciar al amor para salvar su identidad propia.
Sabina Berman es una escritora destacada y premiada, en nuestro país y en el extranjero, que también ha hecho televisión. Con la periodista Katia D’Artigues –otra mujer admirable– condujeron el programa semanal Shalalá que durante cuatro años, 2007 a 2011, estuvo al aire en Televisión Azteca. En ese lapso entrevistaron a importantes personalidades de la vida nacional, siempre en un entorno de mutua cordialidad.
Algo parecido a Shalalá pensaron hacer los directivos del Canal Once con la producción de un programa que comenzó en mayo del 2019 con la premisa de “ser dinámico e innovador que busca poner a debate los grandes temas de la agenda nacional, con las personalidades clave (sic) del ámbito político, social y cultural de México”. El programa se llamó John y Sabina.
El televidente ya sabía la existencia de Sabina como conductora de televisión y como los créditos en la televisión, en el cine y en el teatro, se otorgan, no por la influencia o el apego que tengan los actores –en este caso conductores– con los productores, sino por la identificación y posicionamiento de aquéllos con el género y con el público; el programa debió llamarse Sabina y John.
El John que encabezó el título del programa es John M. Ackerman, académico e investigador de la UNAM; periodista y activista de izquierda; partidario de la 4T, adicto a López Obrador. Está casado con Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública.
La emisión se proponía ser plural, con contertulios de diversas ideologías. Sin embargo, el programa se volvió panfletario ya que su línea editorial se tornó propagandística del gobierno de AMLO con invitados simpatizantes de la 4T. También en este transcurrir Ackerman se fue adueñando del programa. Cuando Sabina propuso invitar al expresidente Felipe Calderón y al historiador Enrique Krauze, cosa con la que se hubiera cumplido las pretensiones de diversidad de la serie, Ackerman se opuso.
La relación entre los conductores se desgastó. El desgaste culminó en el programa donde estuvo de invitado Miguel Tinker, especialista en temas latinoamericanos. Hacia el final del mismo, Sabina quería tomar la palabra y Ackerman la ignoró. La escritora dio muestras de molestia. Al día siguiente Berman reconoció en el twitter que tenía problemas con el programa del Canal Once.
Por la misma vía digital, John escribió: “Invité a @sabinaberman a @CanalOnceTV” (Ese invité me suena a dueño). La acusó de tener una “actitud agresiva de sabotaje al programa”. Y culminó su mensaje así: “Que bueno q encontró una nueva pareja de mayor cercanía @DeniseDressderG”. Esto último porque Sabina aceptó ir al programa radiofónico de Carmen Aristegui donde con Denise y la anfitriona han formado –me imagino– un trío al que se antoja escuchar.
Berman no se quedó callada y le hizo ver a John que el programa era de Canal Once y que ellos dos firmaron un contrato como coconductores. Pero ahí no quedó la cosa, en la última transmisión que tuvo como invitado el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, Sabina presentó la emisión y habló de igualdad entre los dos conductores. Antes de pasar a las preguntas con el invitado le sugirió a John discutir sobre lo ocurrido en Cancún donde una manifestación de mujeres fue reprimida por la policía. Ackerman se pasó la sugerencia por el arco del triunfo. Saludó al invitado y comenzó la entrevista. Y aquí es cuando yo imagino a John como Adrián confesándole a Pancho Villa: “Es una mujer pensante. ¿Con qué la obligo?”.