La semana pasada trajo dos noticias que cambiaron la suerte de los mercados de dinero, bursátiles y cambiarios de la mayoría de los mercados maduros y emergentes
¿Sí son unos descorazonados los operadores de los mercados que se ponen eufóricos porque la economía de Estados Unidos creó menos empleos de los esperados?
Bueno, un poco. Pero lo que realmente festejaron el viernes pasado es que ahora sí podría darse esa combinación dorada entre un aterrizaje suave de la economía y el final definitivo del ciclo de alzas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
La semana pasada trajo dos noticias que cambiaron la suerte de los mercados de dinero, bursátiles y cambiarios de la mayoría de los mercados maduros y emergentes.
El Comité de Mercado Abierto de la Fed no subió el nivel de la tasa de interés interbancaria, pero eso es algo que el mercado ya daba por descontado y se cumplió el guion al pie de la letra.
Lo que realmente puso de buenas a los operadores financieros fue que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, optó por cantinflear cuando quiso “aclarar” las expectativas de un nuevo aumento en su reunión de diciembre próximo.
Nunca fue un sí, tampoco dejó margen para interpretar que el nivel actual de la tasa interbancaria entre 5.25 y 5.50% es un nivel terminal.
Lo que puso en claro Powell es que los que deciden la política monetaria en ese país se fijarán mucho en el corto plazo y cualquier decisión es dato dependiente.
Por eso, cuando el viernes llegó uno de esos datos cruciales en la toma de decisiones de la Fed, los mercados reaccionaron como lo hicieron.
La expectativa de los analistas era que en octubre pasado se habrían añadido 180,000 nuevas plazas en las nóminas no agrícolas. El dato final se quedó corto por 30,000 puestos nuevos de trabajo y esto puso felices a los mercados.
No es que los descorazonados participantes del mercado se alegren por la mala suerte de los que no consiguieron chamba, es que la señal de desaceleración en el ritmo de creación de empleos, que no fue tan pronunciado, anticiparía dos cosas: un aterrizaje económico más suave y una señal en los datos de que podría ya no ser necesario otro aumento en la tasa de referencia de la Fed.
En esa dependencia de los datos que argumentó Powell éste del empleo fue uno de los más importantes.
El siguiente dato de enorme trascendencia será, por supuesto, el de los índices inflacionarios del mes pasado. La manera como los precios volátiles mantengan su comportamiento, con una posible desaceleración de la inflación de los energéticos, y comprobar si se ha mitigado el traspaso en la formación de los precios que están en el corazón de la inflación.
Ahora, una cosa es que la información apunte en el sentido de tener un posible aterrizaje suave de la economía que facilite un regreso más ordenado de la política monetaria restrictiva y otra muy diferente que la euforia del viernes en los mercados sea la garantía de que la Fed ya esté oficialmente en su nivel terminal del costo del dinero.
Por ahora, lo único que garantizan con los movimientos bruscos en las cotizaciones es que sigan las presiones especulativas y que se mantenga ese ambiente nervioso de siempre.