Y si algo le faltara a la ecuación de las noticias negativas, la ciudad de Nueva York volvió a ser blanco de un hecho violento que recuerda los peores momentos del terrorismo
La primera impresión ayer era de pesadilla, la inflación general en Estados Unidos con un incremento anual de 8.5% y los precios del petróleo con un incremento durante la jornada del martes de más de 7 por ciento.
Y es que precisamente los precios de los energéticos son los que explican ese disparo inflacionario hasta niveles no vistos en la inflación general estadounidense en más de 40 años.
El precio de la gasolina en Estados Unidos alcanzó un promedio de 20 pesos el litro. Esto porque hay estados, como Texas, donde México compra sus combustibles, donde cuesta 18.50 el litro, pero hay otros estados como California, donde cuesta en promedio 28.80 cada litro.
Datos de espanto que además llegan de la mano de la arrogancia y el pesimismo del autócrata ruso Vladimir Putin y sus pocas expectativas de que avancen las pláticas de paz con Ucrania y los efectos, económicos y psicológicos de que la ciudad más grande del mundo, Shanghái, China, se encuentre en confinamiento total por la Covid-19.
Y si algo le faltara a la ecuación de las noticias negativas, la ciudad de Nueva York volvió a ser blanco de un hecho violento que recuerda los peores momentos del terrorismo.
En medio de todo esto, ¿dónde puede haber una boya para afianzarse en el mar de las malas noticias?
Porque, como sea, los mercados bursátiles en Estados Unidos no acabaron en el derrumbe después de conocer todos esos titulares.
Hay un dato que abre una rendija de esperanza de que la inflación en Estados Unidos podría encontrar pronto su punto de inflexión.
Resulta que, si bien corría el año de 1981 cuando ese país vio un dato similar al de hoy en la inflación general, también es verdad que la inflación central, la que en México llamamos inflación subyacente, tuvo un incremento menor al que esperaba en consenso en los mercados.
El aumento durante marzo del Core Consumer Price Index (CPI) fue de 0.3%, que implicó una gran distancia de 0.5% esperado por los analistas. Claro, esta inflación subyacente en Estados Unidos está en 6.5%, que es una barbaridad, pero pudo haber ya tocado un techo.
Por supuesto que es un escenario incierto cuando el SARS-CoV-2 regresa a pasar lista entre los grandes temas no resueltos y cuando el régimen de Moscú no parece dar un solo paso atrás en sus afanes expansionistas.
Sin embargo, ese pequeño brote verde de una inflación central debajo de las expectativas del mercado da alguna esperanza de que las medidas más drásticas en materia de política monetaria que habrá de asumir la Reserva Federal en lo que resta del año encontrarán un terreno donde pueden dar resultados.
Porque es un hecho que la receta que aplicará el banco central de Estados Unidos va a alterar a los mercados del mundo, por lo que implica que suba de precio el dólar, pero si hay la expectativa de que pueda efectivamente iniciar un proceso de baja en la velocidad de aumento de los precios, será más sencillo para todos.
La pesadilla
Alza anual
El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que la inflación general fue de 8.5% en marzo.
Subyacente
La inflación subyacente en Estados Unidos está en 6.5%, especialistas consideran que pudo haber tocado techo en marzo.
Combustibles
Los precios de los energéticos alcanzaron precios no vistos desde hace más de 40 años. En California la gasolina se vendió en 28.80 pesos el litro.