Lo más patético de su argumento es que el régimen de López Obrador ni siquiera tiene claro de cuántos aires acondicionados hay en México
Para los que no se dejan engatusar con la propaganda oficial y el mundo de los otros datos, fue muy fácil identificar la estrategia del gobierno de echarle la culpa de los apagones tan extendidos en el país al calor.
Como el presidente López Obrador lo dijo en la mañanera, la instrucción fue repetir que si se tuvo que declarar el estado operativo de emergencia fue por culpa de las altas temperaturas.
Sí hay energía suficiente, reza la versión oficial, el problema es que se prenden los aires acondicionados.
Si al frente de la empresa eléctrica estatal estuviera un experto y no un impresentable, podrían saber que hay un aumento en la demanda en esta temporada que se agrava por los efectos del calentamiento global y que, junto con el aumento poblacional, lo que se requiere es una mejor capacidad de generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica.
Pero no, para el régimen la culpa es de los ciudadanos que prenden sus aires acondicionados.
Lo más patético de su argumento es que el régimen de López Obrador ni siquiera tiene claro de cuántos aires acondicionados hay en México.
Resulta que, como parte de las barbaridades económicas de este régimen, entre los múltiples estudios que el Inegi tuvo que cancelar por falta de presupuesto está la Encuesta Nacional de Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares que permitía precisamente tener un panorama cierto de cuánta energía consumen los habitantes del país y, por lo tanto, planear cuánto había que aumentar la producción.
En el último estudio que se publicó en el 2018, se daba cuenta que 4.9 millones viviendas en México contaban con aire acondicionado, lo que implicaba apenas 15% del total de hogares en este país.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del 2020 complementa la información con este dato: 21.1% de la población de México vive en hogares con aire acondicionado.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero este dato nos permite tener una mejor dimensión de qué tan baja es la penetración en los hogares mexicanos de esta clase de equipos.
Datos de la Encuesta Nacional de Viviendas 2021 (American Housing Survey – AHS) de Estados Unidos indican que allá 115 millones de viviendas ocupadas tienen equipos de climatización.
Y para comprobar que la autollamada Cuarta Transformación no podría gobernar ni siquiera Texas, en ese estado fronterizo de Estados Unidos tienen registro de tener aire acondicionado 89% de las viviendas ocupadas, esto es, 10.3 millones de hogares, de acuerdo con datos también de la AHS.
¿Por qué compararnos con Estados Unidos? Primero porque allá existen estas estadísticas disponibles y no regateadas del presupuesto federal. Y, segundo y más importante, porque se supone que es a ese país al que le queremos competir para instalar plantas industriales que enlacen las cadenas productivas.
Si no se corrige el rumbo del país tras las próximas elecciones y queda un modelo de gobierno tan aberrante como el actual, ¿qué le van a decir a los que buscan aprovechar el nearshoring?
Algo así como traigan sus inversiones pero también sus abanicos porque aquí en México no hay energía eléctrica para los aires acondicionados.
Hay un aumento en la demanda en esta temporada que se agrava por los efectos del calentamiento global y que, junto con el aumento poblacional, lo que se requiere es una mejor capacidad de generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica.