Hoy el PRI nos ha demostrado que si el régimen les da dos vueltas a las tuercas de la extorsión sí es posible modificar la Constitución a placer de la 4T
Hace un año, en la encuesta mensual que levanta el Banco de México entre algunos analistas del sector privado, los factores externos que podrían obstaculizar el crecimiento de la economía mexicana representaban solo 6% de las preocupaciones de estos expertos.
Ahora, con la tensión internacional por la inflación, la respuesta de las políticas monetarias y las posibilidades de una recesión. Además, claro, de los alcances globales de la invasión rusa a Ucrania y el resto de las tensiones geopolíticas, este factor ha crecido hasta 25% de las respuestas.
Es una atención totalmente natural si ya vemos los efectos mundiales que hemos tenido por estas circunstancias.
Sin embargo, se mantienen los factores internos como el principal lastre para esta economía y en especial los temas de gobernanza, incluso mucho más que la inflación y la política monetaria.
La gobernanza en esta encuesta del Banco de México abarca los problemas de seguridad pública, la incertidumbre política interna, la falta de Estado de derecho, la corrupción y la impunidad. Todos factores internos y básicamente ligados a la falta de resultados gubernamentales.
Estos temas internos han perdido peso en el balance de respuestas, porque hay atención en los temas externos que hoy son determinantes para esta economía, no porque se hayan solucionado esos lastres para nuestro país.
Al contrario, octubre pasado fue el mes con más homicidios dolosos de todo el 2022, este año está en camino de ser el que registre el mayor número de asesinatos del sexenio y el gobierno de López Obrador está en camino de ser el más violento de la historia.
La corrupción y la impunidad han alcanzado niveles de cinismo no vistos y la incertidumbre política interna está a punto de dispararse a nivel que no habíamos visto en décadas.
Aun si descontamos el comportamiento pandilleril del encargado de llevar la política interna, estamos en la antesala de uno de los retrocesos más grandes que ha pretendido este régimen en los cuatro años que llevan en el poder.
La destrucción de los órganos electorales que ya está en marcha, tanto el Instituto Nacional Electoral como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de la mano del intento de acabar con la representatividad de la oposición en el Congreso, parecían imposibles hasta hace no mucho tiempo.
Hoy el PRI nos ha demostrado que si el régimen les da dos vueltas a las tuercas de la extorsión sí es posible modificar la Constitución a placer de la 4T.
Es un asunto de gobernanza, que debe encender los focos rojos de la incertidumbre política interna y que de concretarse este retroceso implicará un daño permanente a todos los rincones de la economía y las finanzas mexicanas.
La encuesta del Banco de México es solo un ejercicio entre 38 grupos mexicanos y extranjeros expertos en temas económicos, pero es un reflejo de lo que ven los mercados.
Resulta indispensable que en cualquier balance de riesgos que vaya más allá de estimar un número para la inflación o el Producto Interno Bruto se tome en cuenta este enorme peligro que enfrenta México como país.
Hay una clara intención antidemocrática, desde la cúpula del poder, que no se puede subestimar y dejar de advertir.
La gobernanza en esta encuesta del Banco de México abarca los problemas de seguridad pública, la incertidumbre política interna, la falta de Estado de derecho, la corrupción y la impunidad.