Y el remate es ese otro integrante de la Junta de Gobierno, palomita blanca, que de plano ya anticipa que el primer recorte podría venir a inicios del 2024
Tomar en cuenta la información, los datos, para tomar una decisión implica saber, por ejemplo, que el hecho de que haya una vía de tren de carga no significa que se pueda usar para transportar pasajeros de manera segura y rápida.
Tener conocimientos al momento de la toma de decisiones permite saber que no porque alguien haya estudiado la carrera de Leyes lo convierte automáticamente en candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Una decisión por corazonada, por creencias o por intuición puede ser útil para comprar un billete de lotería, pero cuando se habla de políticas públicas hay que tener información.
Cuando se trata de un trabajo altamente especializado, como el que llevan a cabo los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México, los conocimientos, la información y el acceso a las noticias y los datos se convierten en algo esencial.
Claro, todos tienen el derecho de imprimir la formación de pensamiento que han tenido a lo largo de su desarrollo profesional, pero no pueden privilegiar los dogmas sobre los datos.
En algún momento durante este sexenio el subgobernador Gerardo Esquivel, muy cercano en ese momento al presidente López Obrador, dejaba ver en sus decisiones una carga ideológica que parecía soslayar la información disponible. El tiempo no le dio la razón y hoy ya no está en Banxico.
Todos los integrantes de la Junta de Gobierno son capaces, tienen información, pero dejan ver su sesgo personal sobre cómo aterrizar la política monetaria restrictiva que ha privado.
Las minutas de la más reciente reunión de política monetaria mantienen, como siempre, el anonimato de los que ahí participan. Sin embargo, muchas veces se vuelven transparentes cuando se atiende a las palabras, a la calidad de análisis y a las decisiones de cada uno de ellos.
De entrada, Irene Espinosa Cantellano es muy clara en emitir una opinión disidente, y por lo tanto identificada, cuando señala que con la política fiscal procíclica para el 2024 y otras dificultades lo más conveniente es mantener la prudencia y cautela en la comunicación y evitar adelantar expectativas que cambien la visión del mercado sobre los pasos a seguir.
Esto lo dijo porque la mayoría decidió cambiar aquello de “largo tiempo”, por “cierto tiempo” al momento de anticipar un eventual primer rebaja en la tasa de referencia.
Uno de ellos, en el anonimato, es más general pero también muestra prudencia cuando dice que ante el ambiente de incertidumbre en la toma de decisiones, la política monetaria debe mantenerse prudente, cautelosa y gradual.
Del lado de los que empiezan a plegar sus alas de halcón, está uno que se identifica por sus palabras y su análisis. ¿Es acaso Jonathan Heath el que dice que en el primer trimestre del 2024 podría discutirse un ajuste fino a la tasa de referencia?
Otro más, candidato al club de las palomas, dice que en las reuniones del primer trimestre del 2024 podrían comenzar a evaluar la posibilidad de una baja en la tasa.
Y el remate es ese otro integrante de la Junta de Gobierno, palomita blanca, que de plano ya anticipa que el primer recorte podría venir a inicios del 2024.
Todos tienen información, datos, conocimientos, pero también su toque personal. Ya veremos.