Por lo pronto, mañana hay que estar al pendiente de la decisión de política monetaria y del comunicado que le acompañe
Y entonces el capitán Fed dice: “tripulación, pasando los 10,000 pies”.
Nos acordamos de que el despegue no fue nada fácil, porque la política monetaria de Estados Unidos venía de un largo periodo de tasas de interés instaladas muy cerca del nulo rendimiento desde la crisis subprime de finales del 2008.
Hubo algún episodio de turbulencia entre el 2016 y el 2019, pero las tasas de referencia no subieron más allá de 2.5% para regresar al cero durante los peores meses de la pandemia.
Entonces, el inicio de la recuperación económica tras el encierro por el Covid-19 implicó un despegue casi vertical del costo del dinero en aquel país.
Tal movimiento brusco quedó en segundo término, porque la atención estaba puesta en el problema central que fue el disparo de la inflación que no fue temporal.
La tasa de interés alcanzó finalmente una altitud de crucero en el actual 5.5% que fue determinante para que las presiones inflacionarias en aquel país lograran la moderación actual.
De la mano, la economía estadounidense logró una recuperación acelerada que se notó desde el primer momento, porque el gobierno de ese país no dejó sola a su gente.
La política monetaria tan restrictiva logró un acelerado proceso de desinflación que, además, no tuvo la compañía de una recesión, no hasta hoy.
Pero ahora, llegó el momento de que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) encienda el anuncio de abrochar los cinturones porque no está lejano el momento de iniciar el descenso de las tasas de interés.
Hoy empieza una reunión del FOMC que culminará mañana con una decisión de política monetaria.
No hay dudas en el mercado de que la tasa se mantendrá en el nivel actual, 98% de las estimaciones del barómetro de tasas de la Fed apuntan a estabilidad contra 2% que cree que mañana se da la primera baja.
Entonces, con la certeza de la estabilidad en las tasas, los mensajes que se esperan de la cabina de pilotos monetarios de la Fed son dos:
El primer mensaje es obvio, sobre haber terminado ya con el ciclo alcista, aunque el presidente del banco central, Jerome Powell, se resista a ello.
Y el otro, es cuándo podrían empezar con el descenso de la tasa de interés en la pista de una política monetaria neutral.
El problema es que la turbulencia de los mercados financieros puede hacer que ese proceso no sea tan fácil, porque todos querrán ser los primeros en actuar en consecuencia y tener ventajas.
El viento de cola que enfrenta la Fed para un aterrizaje seguro adelanta que no será sencillo armonizar las expectativas del mercado con la toma de decisiones de los banqueros centrales y en el trayecto habrá turbulencia severa. Sin tomar en cuenta que el banco central de Estados Unidos es el líder de las instituciones centrales de los países de occidente, sobre todo de países satélite como México.
Por lo pronto, mañana hay que estar al pendiente de la decisión de política monetaria y del comunicado que le acompañe. En los mercados todos esperan atentos a que este miércoles al medio día el capitán Fed tome el altavoz y diga “señores pasajeros…”.