Así, los bancos centrales autónomos tienen que cruzar con mucho cuidado desde sus posturas restrictivas o laxas hacia una neutralidad para no generar estragos en los mercados en su camino
Si la relación entre la política monetaria y los niveles de la inflación son como el juego de equilibrio, los mercados son como los cocodrilos debajo de la cuerda floja. Esperan cualquier resbalón para darse un festín especulativo.
Por eso, los bancos centrales que toman medidas tan radicales con el nivel de sus tasas de interés, lo mismo bajas pronunciadas que incrementos notables, tienen que cuidar que sus acciones y sus mensajes no causen estragos financieros que repercutan en el propio comportamiento de las economías.
Como ejemplo, Turquía, que con su política monetaria contracíclica manejada directamente por el dictador Recep Tayyip Erdogan provocó una depreciación muy fuerte en la lira turca y disparó los niveles inflacionarios.
Así, los bancos centrales autónomos tienen que cruzar con mucho cuidado desde sus posturas restrictivas o laxas hacia una neutralidad para no generar estragos en los mercados en su camino.
Esta semana, la economía mexicana tiene información de los dos lados de esa balanza en equilibrio. Primero, ayer conocimos los datos de la inflación al cierre de julio pasado y hoy conoceremos la decisión de política monetaria de la Junta de Gobierno del Banco de México.
Por lo que hace a los precios, la buena noticia son esos seis meses consecutivos con bajas en la inflación general. El Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó un aumento mensual de 0.48% para mostrar un comportamiento anualizado de 4.79 por ciento.
Un dato en línea con las expectativas del mercado que claramente se vio influido por la baja en los precios volátiles. De hecho, la inflación no subyacente muestra un resultado negativo de -0.67% anual.
Pero la inflación subyacente, esa que determina el comportamiento futuro de la inflación, se mantuvo en un nivel anual de 6.64%, lo que muestra resistencias para seguir el camino de baja de la inflación general.
Mientras tanto, en el tanque de los cocodrilos, los mercados reaccionaron con una apreciación del peso frente al dólar tan pronto como conocieron estos datos del Inegi a las 6 de la mañana de ayer.
No es que no aprecien la baja en la inflación general, es que calculan que con esos resultados de la inflación subyacente no debe haber más camino para el Banco de México que anunciar que su tasa de interés de referencia se mantiene en el nivel actual del 11.25 por ciento.
Pero hay algo más, esperan que en el comunicado de política monetaria hagan eco con las recientes palabras del subgobernador Jonathan Heath de anticipar estos niveles por largo tiempo antes de pensar en el primer decremento del costo del dinero.
En ese estanque financiero compran las expectativas de un cierre del INPC este año en torno a 4.60%, lo que no difiere mucho de los niveles actuales. Así que una inflación estancada en estos niveles no justificaría reducir los premios que se pagan por conservar pesos mexicanos.
Así que este jueves no debe ser otro el mensaje del banco central mexicano, la tasa sin cambios, una vigilancia estrecha a las presiones inflacionarias posibles y un escenario de mantener la tasa inalterada al menos el resto del año y un análisis profundo antes de tomar la primera medida de regreso hacia la neutralidad.