Debe ser difícil para un experto financiero transitar entre esos dos mundos: el real y el de los otros datos
El mundo de los otros datos de la economía generó, desde los primeros momentos de esta administración, un descrédito de la fuente mañanera como referente del estado que guarda el país en materia de economía y finanzas. El mercado sabe que los temas económicos son propaganda y no información.
Pero son todavía muchos los clientes políticos de la 4T que creen sin titubeos en lo que escuchan de Andrés Manuel López Obrador, aunque cada vez son más los que no entienden por qué si el Presidente está tan seguro de lo bien que van las cosas, a ellos les va cada día peor.
Estamos ahora mismo en otro de esos momentos en que la realidad de los datos se opone al mundo paralelo de “los otros datos”. Estamos frente a la insistencia discursiva de que la economía mexicana está creciendo y no se ha detenido, pero ante el hecho del México real de que en diciembre pasado ya hay, otra vez, números negativos.
El Presidente dice que la economía sigue creciendo a pesar del repunte de casos de la variante Ómicron y el Inegi informa que todo apunta a que la actividad económica del último mes del 2021 habría tenido un registro negativo.
El instrumento por el que podemos saber esto es el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que adelanta la suerte de otra muestra de gran utilidad estadística que es el Indicador Global de la Actividad Económica, el IGAE, que es un Producto Interno Bruto (PIB) mensual.
Este IOAE anticipa que en diciembre pasado el IGAE habría tenido una contracción de -0.2% en comparación con el mismo mes del 2020, el año de la pandemia.
Adelanta también lo inevitable ante un repunte de contagios, que el sector terciario habría presentado una caída de 1.3% durante el mes de mayor actividad comercial del año.
Es larga la lista de indicadores que muestran esa desaceleración económica desde septiembre pasado, consumo privado, desempleo, actividad industrial, inversión fija bruta, en fin, una larga lista de datos que nos dejan claro la muy mala noticia de que la economía mexicana sí se está deteniendo y es posible que haya dejado de crecer.
Ya advirtió el propio López Obrador que va a subir a la tribuna mañanera a su secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, para que valide sus dichos sobre el crecimiento continuo y sostenido de la economía.
La Secretaría de Hacienda podría navegar muy bien con sus estimaciones presentadas en los Criterios de Política Económica que presentó junto con el Paquete Económico para este 2022 que puso sobre la mesa legislativa desde el 8 de septiembre pasado, cuando el panorama era otro.
Ahora, el secretario Ramírez de la O tiene que ir a la mañanera a hacer malabares para defender un crecimiento de 4.1% para este año como lo estimaron en septiembre, que sería la única forma de avalar las palabras presidenciales, o bien aceptar que el Presidente tiene otros datos y que hoy un 3% de crecimiento ya se ve como una meta prácticamente inalcanzable.
Debe ser difícil para un experto financiero transitar entre esos dos mundos: el real y el de los otros datos.