Este, pues, será el sexenio del crecimiento perdido y no todo será responsabilidad del SARS-CoV-2.
La buena noticia es que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de junio confirma que la caída económica derivada del confinamiento tocó fondo en mayo. La mala noticia es que el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno federal provocó que las muertes por Covid-19 en México se dispararan desde junio a la fecha de 10,000 a más de 60,000.
Ese manejo descuidado de las estrategias sanitarias proviene de la misma fuente que dejó a la economía a su suerte, sin un respaldo para evitar que la caída fuera tan profunda y la recuperación tan lenta como ahora se espera.
Ese dato de crecimiento del IGAE de 8.9% durante junio pasado tiene que ponerse en su justa dimensión de un rebote. Es la fábrica que estuvo cerrada en abril y mayo, y que retomó parte de su producción en junio. Es el restaurante abierto a 30% o el tianguis que se volvió a colocar tras dos meses de ausencia.
En la comparación anual el IGAE tiene una baja de 14.5% que nos da mucho más una dimensión de que la recuperación será lenta, muy lenta.
El dato revisado del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del segundo trimestre de una caída anual de 18.7% es el peor dato en la economía de México en su historia contemporánea.
Es básicamente el resultado del cierre económico por la pandemia en un país que ya estaba en una ligera recesión y que quedó a su suerte sin ninguna clase de apoyo gubernamental ni para empresas ni para trabajadores.
La enfermedad llegó a un país que aplicaba políticas gubernamentales que saboteaban las inversiones y la confianza, por lo tanto, se dio una combinación de males que le costarán al país muchos años de estancamiento económico.
Si no hay rebrote con nuevo confinamiento, ya quedó atrás el fondo de la crisis económica. Pero que quede claro que el cráter es profundo y lo que sigue es calcular la velocidad de salida del hoyo.
Ahí los pronósticos no son alentadores. El Banco de México, con sus “V” en dos tamaños y su “U” del peor escenario, no adelanta para este año nada mejor que -8.8%, pero no deja de pensar en un escenario en que el PIB del país pudiera tener un derrumbe acumulado este año de -12.8 por ciento.
Mientras tanto Moody´s espera una caída de 10% este año del PIB mexicano, la segunda peor caída para un país emergente, sólo peor que el retroceso de Argentina, estimado en -12% este año.
Para el 2021, esta firma estima un rebote de apenas 3.7 por ciento. Ya veremos cómo habrá de presumir ese dato la 4T cuando llegue, aunque en realidad se trate de una muy mediocre recuperación que anticipa que este país podría tardar todo lo que resta del sexenio para recuperar el nivel económico del 2018.
Este, pues, será el sexenio del crecimiento perdido y no todo será responsabilidad del SARS-CoV-2.