Pero para empezar debemos ser honestos o, mejor dicho, autocríticos: Tras finalizar la década de los ochenta PEMEX dejó de ser competitivo y productivo
* No hay dinero disponible en las arcas del Gobierno para aterrizar un proyecto tan ambicioso
* La inversión privada serviría de mucho, pero nadie se va a arriesgar con una empresa tan endeudada
* Ninguna empresa del Gobierno va a salir a flote si anteponen los sesgos ideológicos
¿CON QUÉ OJOS, DIVINO TUERTO?- Si lleváramos este tema al terreno de las analogías, Petróleos Mexicanos (PEMEX) es, por así decirlo, un enfermo en fase terminal. Y así ha estado durante décadas. Es un enfermo que nos ha costado muy caro… ¡carísimo! Regímenes van-regímenes vienen y para lo único que ha servido la que es considerada la paraestatal más importante de México es para ser la caja chica del gobierno en turno. Esa ha sido su única finalidad sin importar que nos gobiernen priistas, panistas o morenistas. Y eso la ha convertido en la empresa petrolera más endeudada del planeta, con pasivos que supera los 101 mil millones de dólares, además de que enfrenta adeudos con proveedores superiores a los 20 mil millones de dólares. ¡Caramba! Es por esto que no sorprende que año con año las calificadoras más importantes del mundo (Moody’s, Standard & Poor’s, Fitch Ratings, etcétera) ubiquen a esta petrolera como una de las peor calificadas del mundo. Si no es que la peor. Y bajo este contexto, realmente cuesta mucho trabajo mostrar optimismo de cara a lo que fue la presentación, hace unos días, del nuevo Plan Estratégico 2025-2035, el cual parte de una premisa interesante: Que PEMEX sea financieramente viable y operativamente sustentable a partir del 2027, algo que es prácticamente imposible que ocurra. Sin embargo, habrá que prestarle mucha atención al mensaje que entrelíneas envió el Gobierno en el sentido de que el apoyo incondicional está muy cerca de llegar a su fin (a través de inumerables capitalizaciones y exenciones fiscales) y eso puede dar pie a un nuevo paradigma en la actividad petrolera sel país.
UN VERDADERO LASTRE PRESUPUESTAL.- Pero para empezar debemos ser honestos o, mejor dicho, autocríticos: Tras finalizar la década de los ochenta PEMEX dejó de ser competitivo y productivo. En un abrir y cerrar de ojos pasó del auge a convertirse en un abominable lastre presupuestal y ahora se vuelve imperativo que el modelo financiero y operativo de esta paraestatal se someta a una vuelta de tuerca que la ubique en nuevas dinámicas. Entre las principales acciones que proponen las secretarías de Energía (SENER) y de Hacienda y Crédito Pública (SHCP) para rescatar a PEMEX están 1) Desacelerar el declive de los yacimientos maduros con técnicas de recuperación mejorada y optimización operativa; 2) Reactivar campos maduros con potencial de crecimiento; 3) Desarrollar yacimientos clave como Zama y Trion; 4) Desarrollar yacimientos cercanos a campos existentes; 5) Desarrollar yacimientos en áreas frontera y formaciones complejas; 6) Mejorar la eficiencia de las refinerías actuales y 7) Enfocarse en combustibles de mayor valor, como las gasolinas, por lo que se dejaría de producir combustóleo. Pero (sí, aquí viene el siempre incómodo y odioso “pero”), lamentablemente el Gobierno de nueva cuenta nos presenta un proyecto en el que únicamense se ocupa del “qué” y se olvida por completo del “cómo”. Además, este plan, viéndolo con total frialdad, no correspondea las metas de producción ni a las capacidades operativas de PEMEX. Habrá quien me exija que le obsequie el beneficio de la duda a este ambicioso plan de rescate. Y, sí, se lo daré. Pero, ¿qué creen? La cruda realidad terminará por apabullar todas las expectativas cuando en noviembre próximo se dé a conocer el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2026. Ese será el momento en el que la puerca tuerza el rabo.
QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE.- ¿Es Müller o Mueller? En una de esas para la próxia se va a apellidar Miuler, ¿verdad? Ni cómo ayudarles.
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