Se aferran a su realidad alternativa. Florestán Cuando se anunció la alianza PAN-PRD para la elección presidencial del año que viene, se presentó como Frente Opositor en el que Ricardo Anaya, jefe de Acción Nacional, sería el candidato presidencial, por ser el partido más fuerte a escala nacional, y Alejandra Barrales, jefa del sol azteca, … Continued
Se aferran a su realidad alternativa.
Florestán
Cuando se anunció la alianza PAN-PRD para la elección presidencial del año que viene, se presentó como Frente Opositor en el que Ricardo Anaya, jefe de Acción Nacional, sería el candidato presidencial, por ser el partido más fuerte a escala nacional, y Alejandra Barrales, jefa del sol azteca, lo sería al Gobierno de Ciudad de México, por tener mayor presencia en la capital del país.
Con ese lance, perfectamente calculado por Anaya, y sin consultarlo a los órganos políticos de su partido, según me reiteró José Luis Luege, canceló el proceso interno del PAN para elegir a su candidato presidencial, como le anunció a Margarita Zavala, por lo que renunció al partido y se fue por la vía independiente, como me había adelantado hace un año. Allí le cerraron la puerta y se fue después de más de 30 años de militancia.
Días más tarde se subió Dante Delgado y en una noche le cambiaron el nombre. Se fueron a dormir como Frente Opositor y amanecieron como Frente Ciudadano por México, sin que eso, ciudadano, corresponda a la realidad.
Y no los representa y, por lo visto, ni los representará, porque estamos ante una alianza cupular donde los ciudadanos no pueden aspirar a los dos cargos en juego más importantes en julio, Presidencia de la República y Jefatura de Gobierno de Ciudad de México, como está ya decidido en una negociación, de nuevo, arriba. Es como el jefe del PRI, Enrique Peña Nieto, en su partido y como Andrés Manuel López Obrador en Morena. Es más, Morena es a López Obrador lo que el autollamado Frente Ciudadano por México es a Anaya, no al revés, no confundir: Anaya no es al dicho frente lo que López Obrador es a Morena.
Dicho lo cual, la selección de su candidato presidencial, Anaya, se resolverá como en los otros partidos, pero en bloque, para que no nos vengan a hablar de Ciudadanos.
Es más, si por algún imponderable, que por tanto hoy no alcanzo a ver, Anaya no fuera el candidato del frente, lo rompería para serlo por el PAN.
Porque lo suyo es la Presidencia, no del partido, de la República.
Retales
1. FINTA. El Partido Verde no irá, como ha declarado su vocero, solo en la elección presidencial, va de nuevo y como siempre desde 2012 en alianza con el PRI. Está cometiendo el error de encarecer su asociación, lo que es un riesgo;
2. VERGÜENZA. Lo que sucede en la Asamblea Legislativa debería preocupar a Andrés Manuel López Obrador ahora que quiere mandar un mensaje diferente al del bloqueo de 2006 y de un partido de rijosos. Pero parece que Morena en Ciudad de México, de Martí Batres, se maneja por la libre; y
3. AL REVÉS. El PT corta con Morena en el Estado de México, el PAN con el PRD en Morelos y el poeta Javier Sicilia ataca a López Obrador. Algo se está rompiendo y falta ver el futuro del frente opositor, donde el candidato presidencial amarrado los dividirá.
Nos vemos el martes, pero en privado
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