Peor, imposible para esa causa y es que tres de las cuatro firmas sorteadas ni siquiera debían haber participado, porque estaban en su lista negra (de aquellos que publicaron resultados distorsionados en el Edomex y/o con contratos con el gobierno de la CDMX)
Parecía broma. A pesar de que sus dos propuestas salieron cantadas, el empresario Arturo Ávila firmó “bajo protesta”, a nombre de Adán Augusto López Hernández, el resultado de la selección de las cuatro casas encuestadoras que acompañarán a los responsables de la medición que definirá al coordinador de los comités de defensa.
Ávila y el senador Alejandro Rojas Díaz-Durán, representante de Ricardo Monreal, objetaron el cuarteto insaculado. La diputada Malú Micher de plano no firmó el acta de la comisión de encuestas de Morena en un gesto más de impotencia que de alboroto: en la primera fase del sorteo, ninguna de sus propuestas quedó entre las cinco primeras; sus esfuerzos por vigilar el levantamiento serían inútiles.
Peor, imposible para esa causa y es que tres de las cuatro firmas sorteadas ni siquiera debían haber participado, porque estaban en su lista negra (de aquellos que publicaron resultados distorsionados en el Edomex y/o con contratos con el gobierno de la CDMX).
La única que se salvaba de ese veto era la primera propuesta de Adán Augusto: Focus-Andrés Robles Asesores, firma con sede en Tuxtla Gutiérrez, que tuvo que demostrar que cumplía con los requisitos —capacidad para realizar operativos a escala nacional y cinco años de experiencia, mínimo). Laredo&Márquez, propuesta por Claudia Sheinbaum; De las Heras-Demotecnia, por Manuel Velasco, e Ipsos-Bimsa, por Ricardo Monreal, quedaron en los primeros cuatro lugares de la tómbola.
En caso de que alguna fuera anulada, entraría la quinta sorteada: Covarrubias y Asociados. Las casas encuestadoras propuestas por Ebrard quedaron en los lugares 7 y 9.
Al final, la munificencia de Monreal salvó a los ebraristas de la mala fortuna, pero desató la insolencia de Gerardo Fernández, quien rechazó las complacencias y de plano llamó a un “sondeo callejero” para poner a cada uno en su lugar.
Falta una semana para el levantamiento. Las 2,500 entrevistas que recopilarán los encuestadores serán replicadas por las cuatro firmas, propuestas por López Hernández, Ebrard Casaubón, Claudia Sheinbaum y Manuel Velasco. Un total de 12,500 cuestionarios a recopilar entre el 28 y el 31 de agosto.
La Comisión de Encuestas de Morena deberá elaborar el diseño muestral y el cuestionario que —según los ebraristas— tendrá cinco preguntas sobre los atributos de los aspirantes. Si el sondeo discriminará entre simpatizantes de Morena y el resto de la población (con un bloque muy definido de anti-4T) sigue sin saberse públicamente. Tampoco, las variables para identificar al aspirante más rentable, electoralmente.
Mario Delgado y Alfonso Durazo siguen instrucciones. Las encuestadoras han aceptado ser coadyuvantes para resolver el conflicto por la candidatura presidencial de Morena. En el pecado pueden llevar la penitencia.
EFECTOS SECUNDARIOS
¿DEDAZO? Parecía una decisión tomada. Hace dos meses, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué, nombró nueva titular de Desarrollo Social y su prospecto para la contienda del 2024; le puso a su estratega personal y puso a su disposición el aparato de comunicación social. La imposición en ciernes, empero, ha enfrentado la resistencia de las bases panistas, lo que derivó en una intervención directa del CEN blanquiazul. No obstante, la reciente campaña contra la alcaldesa de León, Ale Gutiérrez —derivada de su postura sobre los nuevos libros de texto gratuito— evidencia la guerra sucia. Sinhué deberá verse en el espejo de otros gobernadores –léase Javier Corral o Martín Orozco—y descifrar la actual disyuntiva… ¿o ya pactó la entrega del bastión más azul del país?