Ante las críticas por su incongruencia, decidió pagar su tren de mi vida con lana propia. Reforma publicó que Fernández Noroña voló en avión privado de lujo, con un costo de dos mil dólares por hora. Todo un potentado
Fernández Noroña, el político mexicano de más cercanía personal con el dictador Nicolás Maduro, se aleja un poco de la vida pública tras divulgarse su tren de vida de mansión en Morelos, de medio millón de dólares, y vuelos privados de dos mil la hora.
El dinero súbito impactó notablemente en la vida de Noroña: pasó de orinar en coladeras, a viajar en Jets; y de vender libros viejos para poder comer, a tener casa de fin de semana en un lugar paradisiaco: como telenovela de Televisa.
Y ahora se va de viaje a Medio Oriente, pagado por la dictadura de Arabia Saudita, que obliga a las mujeres a obedecer a sus maridos, a cambio de sustento; y el adulterio, el desvío sexual o la embriaguez son castigados con 360 azotes en público.
La propaganda fascista de Nicolás Maduro, condenado por la ONU como “asesino de lesa humanidad”, encontró en México a Fernández Noroña al más fanático y eficaz publicista, contra la libertad de expresión y los derechos políticos de las personas.
De boca para afuera, así actuaba Fernández Noroña:
–“La desobediencia civil es una desobediencia a la ley y lo único que hago es no financiar a un gobierno usurpador”.
–“No voy a pagar el IVA en una cuenta de 200 pesos, porque es un robo al pueblo”.
–“Ya no quepo en mi vecindad, necesito una casa, no más que no tengo dinero para comprar nada”.
Y, en su vida personal, así se comportó después:
–Tiene dos vehículos de la marca sueca Volvo, que cuestan más de dos millones de pesos.
–Viaja a Europa en primera clase.
–Posee, en la campiña mexicana, una casa de descanso de medio millón de pesos.
–Paga dos mil dólares la hora en aviones privados para hacer campaña política.
¿Cómo explica hoy Fernández Noroña el impacto notable del dinero súbito en su vida privada?:
“Yo no tengo ninguna obligación de ser austero y como ya lo he dicho claramente, si mis ingresos como servidor público no dan para los bienes que poseo, que me denuncien por enriquecimiento ilegal. Es clasista y racista creer debo vivir en una vecindad”.
Sin embargo, lo que hizo Fernández Noroña (por ejemplo con el dinero público de su viaje a Europa en primera clase) es reproducir el estilo de vida de la clase social refinada, que desprecia en público: de comporta como nuevo rico.
Ante las críticas por su incongruencia, decidió pagar su tren de mi vida con lana propia. Reforma publicó que Fernández Noroña voló en avión privado de lujo, con un costo de dos mil dólares por hora. Todo un potentado.
El madurista Noroña tiene lana.
