La Marina recetó un aumento de 77% en los precios de diferentes servicios a las líneas aéreas y de paso un nuevo incremento en la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA)
El jueves pasado, tan pronto como el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciaba su pretensión de restar fuerza al poder Judicial a través de una iniciativa para modificar la Constitución el peso acusaba recibo y se depreciaba de 17.30 a 17.53 pesos por dólar.
Ya no hay más espacio para el lugar común de que los mercados son inmunes a las decisiones de políticas públicas internas. Es un hecho que hoy existe toda la atención de los participantes de los mercados a los coletazos de final de sexenio que pueda dar el lopezobradorismo.
Está claro que el régimen ha acelerado el paso autoritario en esta parte final del sexenio y las medidas radicales son cada vez más y más frecuentes.
Las iniciativas que plantea López Obrador, como la elección de jueces y ministros, o la eliminación de los organismos autónomos del Estado, no dependen sólo del dictado presidencial. Y si bien confía en que puede tener de su lado al partido político del amigo Dante, realmente lo que busca es fijar una postura electoral mientras que, con la cortina de humo de la estridencia, sí hace modificaciones por decreto muy serias a la estructura del país.
En un país con una sociedad más informada y con menos fanatismo político un planteamiento como el que hace López Obrador de desmantelar las instituciones del Estado sería la mejor propaganda para la oposición.
Pero tal parece que en México hay amplios sectores sociales hipnotizados que no dimensionan el nivel de autoritarismo que implican esos lances presidenciales.
Lo que sí ha hecho el régimen por decreto, sin avales legislativos o judiciales, es desmantelar las atribuciones de los estados y municipios sobre todo por la vía presupuestal y con la implementación de esquemas fallidos, como el Insabi, que han dejado a millones de personas en el desamparo de los servicios sociales.
Y, sobre todo, por dictado presidencial, el país sigue en un proceso de militarización de muchas funciones que deberían permanecer en manos de los civiles.
Se empiezan ya a ver las consecuencias del estilo militar en las funciones civiles. Aeropuertos y Servicios Auxiliares, la entidad civil que administra los aeropuertos bajo control del Estado, ya perdió la mitad de las terminales aéreas que ahora están bajo el control de las fuerzas armadas.
Como muestra del tipo de decisiones en tono verde olivo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, no sólo luce ahora un timón de la Marina en su logotipo, sino que recetó un aumento de 77% en los precios de diferentes servicios a las líneas aéreas y de paso un nuevo incremento en la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA).
¿Por qué? Porque pueden y el que no quiera, ahí está la terminal favorita del comandante en jefe en el lejano municipio de Zumpango, Estado de México.
La presión al gasto público en año electoral, la militarización, las iniciativas para desmantelar al México institucional, todos esos dictados presidenciales en aumento, que ya son notados por los mercados financieros ¿son el coletazo de quien sabe que ya se va, o es la preparación de un escenario de absoluta continuidad?
La bestia reacciona cuando está herida, cuando ve cerca el final o para proteger a sus crías que son idénticas a él.
La Marina recetó un aumento de 77% en los precios de diferentes servicios a las líneas aéreas y de paso un nuevo incremento en la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA).