Es pues, por donde se le vea, un escenario muy complicado para nuestro país que tendrá consecuencias inimaginables hasta este momento
México llega a una crisis económica mundial con el antecedente de una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) derivada de las malas decisiones gubernamentales.
Una crisis económica global producto de la pandemia de Covid-19, en la cual México no tiene claridad en cuanto a su extensión, número de casos, comportamiento real de la curva, vamos, ni siquiera del número de fallecidos.
Es pues, por donde se le vea, un escenario muy complicado para nuestro país que tendrá consecuencias inimaginables hasta este momento.
Y en medio de esa impericia y negligencia gubernamentales, lo que se mantiene es el intento de conservar una buena imagen política para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4T.
Y son muchas las estrategias de las que quiere echar mano el presidente y muchas son de alto costo para el país.
Una estrategia de alto rédito político inmediato, pero de terribles consecuencias futuras, es echar mano del sistema de ahorro para el retiro a través de cuentas individualizadas.
Las afores son como Pemex. Tienen largo tiempo cargando la advertencia de que, si no cambian, habrán de fracasar.
Las dos tienen problemas creados por gobiernos priistas y en ambos casos los gobiernos panistas voltearon a otro lado, porque calcularon que alcanzaban a salir antes de que esas bombas estallaran.
Y tienen como común denominador, afores y Pemex, que habrán de hacer crisis durante este gobierno que se ha mostrado claramente incapaz de tomar decisiones sensatas y que su vocación es agravar más la condición de estas entidades.
El gran acierto de la creación de las afores fue la de tener cuentas individualizadas, en lugar del sistema de reparto anterior que era insostenible.
El gran error del populismo priista de mediados de los años 90 fue no diseñar el sistema con niveles de ahorro obligatorio suficientes, por parte de los trabajadores, que garantizaran que lograrían cantidades de dinero para un retiro digno.
Desde su implementación en tiempos de Ernesto Zedillo, dos gobiernos del PAN y uno del PRI patearon el bote, con todo y las advertencias de los expertos… y cayó en manos de López Obrador.
La 4T no se puede hacer de la vista gorda porque los primeros retirados con ese sistema se darán en su gobierno y por lo tanto ya se convierte en su problema.
El tema es, qué clase de solución habrá de darle esta administración. Porque lo deseable es que se aumente el monto obligatorio de ahorro para el retiro. Pero eso es tardío e impopular.
Lo que sí puede ocurrir es que esa gran masa de ahorro para el retiro resulte muy atractiva para este gobierno, para sus planes arcaicos y retrógradas de transformación y la use, a cambio de regresar a un sistema de reparto que solucione en el corto plazo los problemas del retiro de las generaciones próximas a ello, pero que condene a no contar con recursos para los que quisieran retirarse dentro de 20 o 30 años.
Como sea, ya existe una iniciativa en ese sentido de Morena y el presidente López Obrador ya advirtió que le va a entrar al tema en cuanto pase la pandemia.