En la economía sucede algo similar, la realidad debe adaptarse a la visión que tiene la cúpula gobernante, sin concesión para algún margen de ajuste en el camino
Hoy habrá un desfile por calles del centro histórico de la Ciudad de México, será en un día hábil y será un montaje costoso que va en contra del discurso de este gobierno de limitar los gastos suntuosos que no sean necesarios.
El desfile de hoy con motivo del 109 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana hará evidente que ésta es la conmemoración favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador y que en todo caso la Cuarta Transformación es la que ha llevado al Partido Nacional Revolucionario, al Partido de la Revolución Mexicana, de ahí al Partido Revolucionario Institucional y la cuarta versión contemporánea de Morena.
Es, pues, la celebración de hoy una que, sin importar el costo o el caos vial en un día laborable, marca una prioridad en la visión presidencial. Es la analogía de cómo tiene que darse la adaptación de todo lo demás a esa perspectiva unipersonal.
En la economía sucede algo similar, la realidad debe adaptarse a la visión que tiene la cúpula gobernante, sin concesión para algún margen de ajuste en el camino.
Ya habrá oportunidad de leer el más reciente libro del presidente López Obrador, hacia una economía moral (Editorial Planeta), pero en lo que está disponible es fácil adelantar una apuesta: mucho de su contenido es muy parecido a lo que ya ha publicado antes.
Es casi un hecho que tendrá párrafos casi idénticos a los que incluyó en su libro del 2018, La salida, decadencia y renacimiento de México (Editorial Planeta), en donde enumeraba sus propuestas de campaña y que ahora en la Presidencia hemos escuchado cada mañana y, de hecho, hemos visto en sus planes de gobierno.
Casi seguro que leeremos títulos de capítulos como “le retuercen el pescuezo a la gallina de los huevos de oro” o “contratismo voraz”, incluidos en ese libro de campaña.
Habrá los mismos lugares comunes de siempre, las mismas frases ocurrentes de costumbre. Aunque es posible que ya no se haya animado a incluir párrafos como éste de su libro de campaña, porque serían una fuerte autocrítica a lo que ocurrió en su primer año de gobierno: “En cuanto a crecimiento económico nos hemos colocado incluso por debajo de Haití. La constante ha sido, como se advierte en la actualidad, el estancamiento económico y la falta de empleo, lo que ha obligado a millones de mexicanos a emigrar o a ganarse la vida en actividades informales, si no es que a engrosar las filas de la delincuencia”. Sólo como dato para alimentar nuestro optimismo, Haití espera aumentar su Producto Interno Bruto este año en 2 por ciento.
En fin, la visión del manejo económico del país es ya conocida por todos, es el enfoque del presidente. Es cierto que respeta los principios de finanzas públicas sanas y participación privada en proyectos de infraestructura. Pero también es un hecho que no está dispuesto a enmendar lo que evidentemente no está funcionando de su personal visión de llevar la economía nacional.