La otra tiene importancia porque reflejará el nivel de independencia y de privilegio del profesionalismo sobre los compromisos políticos que tiene el siguiente gobierno
Son dos señales que esperan hoy los mercados que seguramente no pasarán desapercibidas en el ánimo de los inversionistas.
Una de las decisiones que se espera para hoy está agendada desde hace tiempo, tiene una hora específica y puntual para darse a conocer y, ciertamente, es una de las determinaciones en las que hoy no hay consenso sobre su rumbo.
La otra tiene importancia porque reflejará el nivel de independencia y de privilegio del profesionalismo sobre los compromisos políticos que tiene el siguiente gobierno.
Será en punto de las 13:00 horas, tiempo del centro de México, que el Banco de México (Banxico) publique la decisión de política monetaria de su Junta de Gobierno y, a diferencia de otros anuncios previos, en esta ocasión no hay consenso sobre lo que acordó la mayoría de los integrantes de los banqueros centrales.
La gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, aprovechó su voz como titular del banco para adelantar que a ella le gustaría el inicio de un ciclo de baja más sostenido en la tasa de interés de referencia, actualmente en 11 por ciento.
Sin embargo, desde el anonimato de la más reciente minuta de la pasada reunión de decisión de política monetaria, del 9 de mayo, se veía que, en todo caso, el marcador estaba tres a dos a favor de dejar en esta ocasión la tasa de interés sin cambios.
Muchas cosas han pasado desde aquella reunión de mayo, de entrada, una elección federal cuyo resultado dio al oficialismo una mayoría calificada en el Congreso que anticipa la extensión rupturista del actual Presidente.
Desde entonces, la moneda mexicana llegó a perder hasta dos pesos en su cotización frente al dólar y los niveles de la inflación general han mostrado un incremento sostenido hasta el actual nivel del Índice Nacional de Precios al Consumidor de 4.78% anual.
Así que esa señal de bajar o dejar la tasa interbancaria en su lugar será muy importante.
Pero antes de esa hora, sin ninguna posibilidad de puntualidad, alrededor de las 11 de la mañana, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, habrá de anunciar un segundo tramo de nombres de los integrantes de su gabinete.
La importancia de los nombramientos de aquellos que integrarán el gabinete radica, claro, en el perfil y en sus calificaciones para ocupar determinadas carteras, pero también son un indicador del nivel de independencia que la futura mandataria muestre frente a las evidentes presiones del Presidente que se va, de los grupos más radicales de su partido político o de compromisos con sus propios impresentables, como el gobernador de Veracruz.
Y no es que se trate de que nombren un gabinete que “guste a los mercados”, más bien, esa reacción de los operadores financieros le regala a la siguiente administración un anticipo del ambiente que se genera en torno a su futura gestión.
La presentación a cuentagotas del gabinete del próximo gobierno ya revela las presiones que debe recibir Claudia Sheinbaum para su conformación.
En la medida en que los perfiles de sus colaboradores se parezcan más a ella, en su preparación y aparente prudencia, y sean menos de un tipo arrebatado e improvisado, como los que se van, mayor será el margen de maniobra para que le vaya bien en su gestión.