En Europa, Alemania ya reportó un nuevo incremento en el número de casos y ahora mismo España e Italia inician estos procesos de desconfinamiento de forma más agresiva y están a la espera de conocer el comportamiento de la enfermedad
La pandemia sigue determinando el comportamiento de la economía mundial, pero serán las políticas internas de cada país las que marquen la velocidad con la que se pueda dar la recuperación de esta nueva Gran Depresión.
Las posibilidades de un rebrote de la enfermedad Covid-19 es el temor que domina estos días a los mercados. Los ejercicios de desconfinamiento (sustantivo ya avalado por la Real Academia Española) llevados a cabo en China y Corea del Sur, donde se han presentado rebrotes del SARS-CoV-2 hacen temer que el planeta pueda estar lejos de intentar regresar a una normalidad económica, así sea la nueva normalidad de la que hoy se habla.
En Europa, Alemania ya reportó un nuevo incremento en el número de casos y ahora mismo España e Italia inician estos procesos de desconfinamiento de forma más agresiva y están a la espera de conocer el comportamiento de la enfermedad.
Estados Unidos tiene ese gran problema llamado Donald Trump y su urgencia de reactivar la economía para poder influir en los electores que en seis meses deben acudir a las urnas a elegir presidente.
Y México, bueno lo que tiene este país son cálculos aproximados de los casos de Covid-19 que también le permitirán tener cálculos aproximados de lo que suceda cuando terminen la Jornada Nacional de la Sana Distancia.
Los expertos esperan que la pandemia se comporte en tres fases. La primera que hemos visto con esa expansión descontrolada de la enfermedad, las cifras de contagio y muerte. La segunda es la que empezamos a ver. Un desconfinamiento y los nuevos brotes que este paulatino regreso a la convivencia social pueda traer. Y la tercera, la combinación de la baja en la temperatura en el hemisferio norte, el inicio de la temporada de influenza y la prevalencia del Covid-19 en organismos expuestos a los efectos del frío.
Por ahora, y como una repetición de la pesadilla del inicio del año, una vez más China está hoy en el centro de la atención, seguida por Corea del Sur, después Europa y América. La pericia que muestren estos países y regiones para el desconfinamiento sin una alta reincidencia de la Covid-19, marcará la posibilidad de que puedan iniciar la recuperación económica.
México, mientras tanto, se enfrentará la negligencia de la ceguera provocada por esa política de minimizar el tamaño de la epidemia. Claro que pocas pruebas de Covid-19 arroja pocos contagiados de la enfermedad. Eso es altamente útil para ese discurso presidencial del no pasa nada.
Pero para la terca realidad y el coronavirus que no conoce de populismos la ausencia de pruebas masivas hará imposible saber dónde están verdaderamente los casos y por lo tanto no se puede aspirar a dar de manera segura ese siguiente paso hacia la relajación de las medidas de aislamiento.
Y si a esa falta de controles sanitarios agregamos la ausencia de un plan verdaderamente estructurado de relanzamiento económico, lo que tenemos en puerta es un prolongado estancamiento y un descontrol de la epidemia.