La batalla de Culiacán saldrá rápido de la lista de tropiezos de este gobierno, igual que los 93 muertos de Tlahuelilpan
A una semana del enfrentamiento de Culiacán, el gobierno debe aún una declaración conjunta del gabinete de seguridad y el Ejecutivo. Porque el control de daños por parte de la autoridad ha sido una pieza de actos erráticos.
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Dijo el presidente: “Se tomaron decisiones que yo respaldo y avalo porque estaban en riesgo muchos ciudadanos, seres humanos, y se decidió proteger la vida de las personas, estuve de acuerdo con eso”.
Dijo el presidente: “No estaba informado, no me informo en estos casos, porque hay una recomendación general, un lineamiento que se aplica. Le tengo mucha confianza al Secretario de la Defensa”.
Dijo el secretario de Seguridad: “Una patrulla integrada por 30 elementos de la Guardia Nacional y Sedena realizaba un recorrido de rutina y fue agredida desde una vivienda, los agentes repelieron el ataque controlaron la vivienda y localizaron en su interior a al hijo del exlíder del Cártel de Sinaloa”
Dijo el presidente: “Se trató de un operativo que llevaron a cabo elementos del Ejército para cumplir una orden de aprehensión provisional, con fines de extradición de Ovidio Guzmán López, emitida por un juez federal”.
Dijo el secretario de Seguridad: “Había una orden de extradición por parte de Estados Unidos al hijo de El Chapo desde septiembre del año pasado. Pero, propiamente nunca estuvo formalmente detenido”.
Dijo el secretario de la Defensa: “Personal de la Policía Ministerial, en afán de obtener resultados positivos, actuó de manera precipitada, con deficiente planeación, sin una orden de cateo. Fue un operativo fallido”.
Dijo el presidente: “Estoy dispuesto a comparecer ante la FGR, tengo la conciencia tranquila, voy a ir a exponer mis razones del por qué no a la violencia”.
Así, a siete días de lo que el historiador Lorenzo Meyer llama “batalla de Culiacán”, no existe una versión oficial sobre el suceso, acerca del cual NYT asegura que, además de Ovidio, los militares también habían capturado a Iván Archivaldo, el otro hijo de El Chapo, pero también lo liberaron.
El propio Meyer escribió: “Como quiera que se le vea, la ‘batalla de Culiacán’ del 18/10 es una derrota para el gobierno. Lo que aún está por determinarse es si será temporal o permanente. Para sostener su viabilidad, la 4T está obligada a recuperar el terreno perdido”.
Es decir, el control de daños ha sido errabundo, al menos en cómo entiende el control de daños en política el doctor Luis Estrada: “Lo más importante es entender el problema”. Y, aquí, parece que no ha sido entendido. Aunque quizá eso no sea importante.
La batalla de Culiacán saldrá rápido de la lista de tropiezos de este gobierno, igual que los 93 muertos de Tlahuelilpan.
Porque la 4T tiene teflón.