Cada gobierno que llega anuncia con bombos y platillos que combatirá la corrupción en todos sus niveles, pero la realidad es bien distinta. Seguimos igual: con la corrupción hasta el cuello
LIC. RAQUEL BUENROSTRO,
SECRETARIA DE ANTICORRUPCIÓN
Y BUEN GOBIERNO:
+Cuando no tomas una postura
contra la corrupción,
tácitamente la apoyas.
Kamal Haasan
Las primeras planas de ayer son de pena ajena.
El Universal reportó que Alex Tonatiuh Márquez Hernández, director general de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional de Aduanas, también es empleado y representante legal de Aledo, S.A. de C.V., empresa indagada por el SAT por presuntamente realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita por la friolera de 257 millones de pesos. Fíjese nada más, Márquez es el responsable de investigar ilícitos en operaciones de comercio exterior, entre ellos el huachicol fiscal.
El periódico Reforma informó que el distinguidísimo Horacio de la Cruz Gallegos, además de traficar con estupefacientes, es dueño de la empresa Construcciones y Diseños de la Cruz, a través de la cual ha recibido alrededor de 20 contratos de gobiernos municipales de Chiapas.
Eje Central presentó un reportaje sobre el estado que guardan los sistemas estatales anticorrupción; es de llorar. 70% de los sistemas están incompletos porque los congresos estatales no han hecho las designaciones correspondientes. Dos casos son patéticos: el sistema anticorrupción de Oaxaca no tiene un solo miembro, mientras que el gobierno de Tabasco acaba de aprobar la desaparición del Secretariado Ejecutivo, el área operativa del sistema.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad ha concluido que, en los últimos seis años, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores la mayor parte de los contratos ha sido otorgada por asignación directa. En el caso de la Cámara baja, 30.5% de los contratos no aparecen en los sitios de transparencia; sin embargo, dichos instrumentos representan el 55.5% del gasto, es decir 39 mil 332 millones de pesos. Por cierto, tampoco están en la Plataforma Nacional de Transparencia que ahora está bajo su jurisdicción, doña Raquel.
Es clarísimo que en México nadie se toma en serio el combate a la corrupción, ni siquiera la Auditoría Superior de la Federación. Mire licenciada Buenrostro: de 2019 a 2023, la ASF hizo observaciones por 325 mil millones de pesos, pero hasta el año pasado quedaban por aclarar 217 mil millones. La ASF también canceló 194 auditorías y, en su última entrega, seis estados no registraron un solo peso por aclarar, o sea, administraron los dineros como si fueran Finlandia. ¿Será?
¿Ha oído habar el Índice de Percepción? El IPC es elaborado por Transparencia Internacional con base en 13 fuentes de datos externas, así como la opinión de expertos y empresarios en cada país. Los indicadores del Índice incluyen tópicos como sobornos, desviación de recursos públicos, persecución de casos de corrupción, marco jurídico, acceso a la información y protección legal para denunciantes y periodistas, así que tiene una gran solidez.
Le adelanto: el problema de México no es del marco jurídico; de hecho, está muy completo. El meollo del asunto está en que se ignora olímpicamente. Así pues, no es de extrañar que México ocupe el lugar 140 entre 180 naciones en el IPC, pues solo alcanzó ¡26 puntos! Más que reprobado está nuestro país.
Y vamos como los cangrejos: Desde que se elabora el Índice hace 13 años, México obtuvo su mejor calificación en 2014 (35 puntos), nada qué presumir. De ahí empezó a declinar, para luego repuntar en 2020 al alcanzar 31 puntos y de ahí otra vez para abajo hasta perder 14 lugares. Para ponernos en perspectiva, le comento que Dinamarca ocupa el primer lugar con 90 puntos.
Transparencia Mexicana abunda sobre la situación de México y apunta que “entre las economías que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México se ubica en el último lugar del grupo: el sitio 38 de 38 economías evaluadas. En el G20, que incluye a 19 países más la Unión Europea, México se encuentra en la penúltima posición, solo por encima de Rusia (22/100 puntos)”. En abono de lo anterior, la encuesta del INEGI indica que 83% de las personas consideraron que la corrupción en México sigue siendo un problema “frecuente o muy frecuente”; de los encuestados, seis de cada 10 fueron víctimas de corrupción.
Para Transparencia Mexicana hay varios aspectos de la mayor preocupación. No solo es que algún funcionario malverse fondos o pida moches, sino que ahora vemos el incremento de casos de corrupción a nivel estatal en los cuales el crimen organizado está involucrado. Asimismo, cada vez es mayor el número de empresas fantasma y factureras que son controladas por el crimen organizado, ya sea para la expoliación de los recursos presupuestales o para lavar dinero. Y la impunidad, señora secretaria, la impunidad asegurada para los delincuentes de cuello blanco y cuello negro.
Cada gobierno que llega anuncia con bombos y platillos que combatirá la corrupción en todos sus niveles, pero la realidad es bien distinta. Seguimos igual: con la corrupción hasta el cuello.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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