¿Y el pañuelo blanco de López Obrador contra la corrupción? Está más percudido que la estopa de un mecánico
Una razón de la votación a favor de Morena en 2018 fue que Peña llegó a dar a dedo ¡hasta! tres de cada 10 contratos de obra pública. López Obrador dio a dedo ocho de cada 10. Y Sheinbaum ha dado siete de cada 10. Licitaciones opacas: corrupción inequívoca.
Otra razón de la votación a favor de Morena en 2028 fue que Peña era débil con los gobernadores priistas, que Morena acusaba de corrupción. Peña encarceló seis gobernadores: ninguno fue acusado de robar más que Ignacio Ovalle en Segalmex. Pero Ovalle está libre.
Tras la llegada de la 4T a la presidencia en 2018, el lema parece ser “licencia para no licitar”: durante el gobierno de López Obrador, sólo el IMSS, ISSSTE y DICONSA adjudicaron, por ese orden 97, 33 y 13 mil millones de pesos, sin concurso público verificable.
La opacidad creció a medida que López Obrador inició, y Sheinbaum terminó, el proceso de cancelación de organismos autónomos de transparencia y regulación (INAI, Compranet) para crear la “Transparencia del Pueblo”, dirigida sin apelaciones por el Poder Ejecutivo.
Esto le permite a la 4T entregar contratos cada vez más grandes y jugosos, por adjudicación directa, en lugar de concurso público de las empresas interesadas en encargarse de una obra pública, como el AIFA, Tren Maya, Dos Bocas, Tren Transístmico, Megafarmacia.
Sheinbaum continuó con la idea de “licencia para no licitar”: de los 75 mil 717 contratos entregados de enero a agosto, 52 mil 301 fueron a dedo. El gobierno de Sheinbaum concede a empresarios de su elección personal, el 69% de la obra pública de la nación.
Es decir, el gobierno de Peña parece cada vez más transparente, y cada vez más intransigente contra la corrupción, que los dos de la 4T que van desde 2018: Peña adjudicó menos obra pública a dedo, y encarceló a señalados de corrupción.
De la fotografía de Peña tomada en 2012 con los gobernadores, cinco años después, 10 de aquellos gobernadores estaban presos, bajo proceso judicial o se encontraban prófugos. Hasta ahora, ningún presidente actuó de esa manera contra los suyos.
En cambio, tanto en el gobierno de López Obrador como en el Sheinbaum, se encuentra libre Ignacio Ovalle, quien dirigía Segalmex cuando en ese organismo creado por López Obrador se registró el robo de 20 mil millones de pesos.
Quien posea el equivalente en dólares a los 20 mil millones de pesos robados en Segalmex, entra en la lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes. Ante Ovalle, son niños de teta todos los gobernadores que encarceló Peña. Todos de su mismo partido.
¿Y el pañuelo blanco de López Obrador contra la corrupción?
Está más percudido que la estopa de un mecánico.