En términos financieros, una burbuja se define como una situación en la que el precio de un activo, o clase de activos, se eleva de manera acelerada e irracional. Los últimos 20 años se han caracterizado por la creación y subsecuente explosión de burbujas en diferentes clases de activos y mercados. Entre las más célebres … Continued

En términos financieros, una burbuja se define como una situación en la que el precio de un activo, o clase de activos, se eleva de manera acelerada e irracional. Los últimos 20 años se han caracterizado por la creación y subsecuente explosión de burbujas en diferentes clases de activos y mercados.
Entre las más célebres se encuentran la burbuja del mercado bursátil de Japón en la segunda mitad de los años 80, la de mercados emergentes que reventó en 1998, la de acciones de tecnología en EU que lo hizo en el 2000, la del petróleo en el 2008 y tal vez la más grande y más devastadora en más de medio siglo, la del mercado residencial de EU, que explotó en el 2008.
A pesar del incremento en su frecuencia en los últimos tiempos, las burbujas especulativas en mercados financieros existen desde hace varios siglos. A principios del siglo XVII se vivió lo que tal vez sea el episodio de especulación más emblemático en la historia moderna, conocido como la “fiebre de los tulipanes”.
Los tulipanes eran un bien común y corriente con precios muy accesibles, hasta que fueron atacados por una enfermedad que producía unas preciosas manchas en la flor que asimilaba los colores del fuego. Estos tulipanes manchados causaron sensación y propiciaron la creación de un rudimentario mercado de futuros donde los especuladores compraban y vendían tulipanes.
La fiebre llegó a tal grado que la gente dejaba sus actividades laborales normales para dedicarse a especular con los tulipanes en un episodio de euforia colectiva. El estallido de la burbuja llegó en 1637, después de que los precios habían subido más de 2,000%, algunos especuladores empezaron a vender agresivamente, despertando un pánico colectivo que provocó la caída de los precios prácticamente a cero.
A pesar de un intento de intervención del gobierno, la próspera economía holandesa quedó devastada por años. Para algunos observadores de mercado, la siguiente burbuja se está gestando en el mercado de bitcoin.
Bitcoin es un medio virtual de pagos que se ha convertido en la primera divisa electrónica o criptomoneda a gran escala. Aunque este medio cumple de manera aún limitada con las tres funciones tradicionales del dinero: i) medio de pago; ii) depósito de valor; y iii) unidad de medida de los precios; hay diferencias fundamentales con las monedas tradicionales. En primer lugar, bitcoin no está regulado ni respaldado por ninguna institución o Banco Central como las monedas tradicionales.
En segundo lugar, bitcoin no es todavía un medio de pago generalmente aceptado y su función como depósito de valor es aún controversial. Sin embargo, tiene ventajas sobre las divisas tradicionales u otros sistemas de pagos como la agilidad para transferirlo, la anonimidad y la descentralización.
El valor de una criptomoneda medido en dólares ha mostrado una volatilidad sin precedentes, pasando de un mínimo cercano a 125 dólares a principios del 2012 a un máximo por arriba de 8,000 dólares hace unos días. Tan sólo en lo que va del 2017, su cotización ha pasado de 973 dólares a 8,143.
En el camino a su nivel actual, las alzas y caídas de más de 25% en el valor del bitcoin en un solo día han sido frecuentes. En los últimos dos años ha pasado de ser un pasatiempo oscuro con acceso limitado a un tema ampliamente discutido en los medios y con acceso prácticamente ilimitado. Aunque bitcoin no es la única criptomoneda, sin duda es la primera que alcanza un seguimiento masivo.
Ahora bien, el comportamiento de este medio sin duda tiene indicios clásicos de una burbuja. A pesar de la posibilidad de un fuerte ajuste en su valor, bitcoin parece haber llegado para constituirse como una nueva clase de activo que poco a poco cumple mejor con las tres funciones tradicionales del dinero.