La inflación es, en esta más reciente encuesta, la estimación que más ha acelerado su deterioro Ya no es tan sorprendente que los pronósticos económicos se deterioren, de hecho así ha sido durante todo el sexenio. Lo que sorprende es la velocidad con lo que están cambiando para mal las estimaciones. Habitualmente en estas fechas, … Continued
La inflación es, en esta más reciente encuesta, la estimación que más ha acelerado su deterioro
Ya no es tan sorprendente que los pronósticos económicos se deterioren, de hecho así ha sido durante todo el sexenio. Lo que sorprende es la velocidad con lo que están cambiando para mal las estimaciones.
Habitualmente en estas fechas, el Banco de México (Banxico) levanta dos encuestas con apenas 15 días de diferencia. La habitual encuesta de finales de mes, en este caso noviembre, y la encuesta adelantada de diciembre que se da a conocer antes de la primera posada.
Sólo bastaron esas dos semanas para que la treintena de expertos, nacionales y extranjeros, que consulta el banco central, deterioraran sus expectativas.
Lo que llama la atención es la velocidad con la que las curvas de las estimaciones se dirigen hacia terrenos negativos.
El comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha sido revisado permanentemente con un declive desde el primer día de esta administración y han sido contados los meses, desde entones a la fecha, en que no han hecho una corrección a la baja en sus pronósticos de crecimiento económico.
Lo preocupante para el 2017 en esta materia es que la caída en las estimaciones es muy notable. Desde las estimaciones de un crecimiento de 3.29% que había hace apenas un año hasta 1.60% en que va por ahora la expectativa de crecimiento del PIB para el 2017.
La inflación es, en esta más reciente encuesta, la estimación que más ha acelerado su deterioro. Estos expertos calculaban para el próximo año un aumento de los precios de 3.4% hace apenas cuatro meses y ya van los cálculos en 4.13%, que es de hecho un nivel superior a lo que el propio banco central dice poder tolerar.
Las estimaciones del comportamiento del tipo de cambio son un volado con el merenguero, y las tasas de interés tienen una estimación en línea con lo que anuncie la Reserva Federal de los Estados Unidos, por lo tanto hay poca novedad en la estimación.
Hay dentro de la lluvia de datos que aporta esta encuesta un dato que no empeoró y es que los analistas le creen al gobierno federal que, a pesar de los tiempos económicos complejos, mantendrá sus planes de corrección de los desequilibrios de las cuentas públicas.
Uno de los datos que resulta más preocupante de esta encuesta, y de hecho de la vida cotidiana, es que la inseguridad pública lleva muchos años ubicada como uno de los principales problemas internos para poder crecer.
Hay otros indicadores que van y vienen como problemas locales, como la falta de cambio estructural, la política fiscal que se implementa, o las presiones inflacionarias que ahora volvieron a aparecer como una angustia.
Pero la inseguridad pública, los niveles de violencia, la falta de estado de derecho son asuntos totalmente ignorados. De hecho, vemos cómo en el Congreso son esos algunos de los asuntos vitales que se mantienen en la congeladora legislativa.
En fin, que el nivel de pesimismo que mantienen estos analistas no pinta como para que en la encuesta que habremos de conocer durante los primeros días de febrero podamos esperar algo diferente a la fotografía de fin de año que ahora publica el banco central.