Pero Pemex aparece actualmente en investigaciones de EU, bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, que ataca a los cárteles y a las redes de políticos y funcionarios corruptos que permiten su operación
Con Adán Augusto López políticamente vivo sólo por respiración asistida, está bajo lupa otra vaca sagrada del Grupo Tabasco: Octavio Romero, el hombre de la lana. Su gestión en Pemex con López Obrador es revisada exhaustivamente por EU.
Con Romero, Pemex se convirtió en la empresa petrolera más endeudada del mundo. Un hoyo negro. Perdió 257 millones de pesos por hora, y cerró sus seis años como director con el peor desplome en 10 años: perdió 620 mil millones de pesos en 2024.
EU ya colocó a Pemex en su colimador: ayer vinculó con el grupo criminal Los Zetas a Alexandro Rovirosa, señalado por sobornar directivos de Pemex.
Rivorosa fue detenido, mientras que su socio Mario Alberto Ávila está prófugo.
La pesquisa de EU a Pemex va por los años de 2019 a 2021, y ubica la trama en Tabasco, el estado de Romero, y donde gobernaba entonces Adán Augusto López. La trama pasa por la refinería Dos Bocas, cuya construcción encabezó Rocío Nahle.
Un correo de Guacamaya Leaks, divulgado por José Luis Montenegro, dice que Rovirosa sobornaba en nombre del cártel Jalisco Nueva Generación, cuyo capo, El Mencho, ofrecía 10 millones de dólares por información que condujera al paradero de Rovirosa.
Como sea, fue obsceno el desaseo con el dinero en Pemex, durante la dirección de Romero. Registró pérdidas diarias hasta por seis mil 178 millones de pesos, y quedó debiendo a proveedores más de un billón de pesos.
Su nepotismo fue de fábula: metió en la nómina a sobrinos y primos; colocó a su esposa, María Eugenia Lozano, como secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud; y a su hermana María del Carmen Romero, como subdirectora del DIF nacional.
También le dio contratos a Litoral Laboratorios Industriales, empresa de Felipa Obrador, prima del entonces presidente, hasta por 365 millones de pesos. El Grupo Tabasco, Romero es clave: le maneja lana del erario, desde que López Obrador era jefe del GDF.
Hoy, el gobierno de Sheinbaum gasta más de lo que tiene en reparar el daño financiero de Romero en Pemex: acaba de meter 10 mil millones en bonos del Tesoro de EU para poder pagar la deuda que dejó, entre pasivos financieros y adeudos a proveedores.
La presidenta premió a Romero dándole a manejar más lana: lo ubicó como director del Infonavit, con un presupuesto de 288 mil millones de pesos, únicamente para que construya viviendas, algo a lo que Infonavit jamás se dedicó en sus 53 años.
Pero Pemex aparece actualmente en investigaciones de EU, bajo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, que ataca a los cárteles y a las redes de políticos y funcionarios corruptos que permiten su operación.
Ya el aire se volteó.