El diálogo con el gobierno mexicano inevitablemente pasaría por resolver el arranque del aeropuerto internacional de Santa Lucía que, de acuerdo con el vocero de IATA, debería ser reevaluado
Han sido seis semanas de infructuosas gestiones. La primera misiva que los representantes de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, su acrónimo en inglés) a las autoridades mexicanas fue remitida el lunes 2 de marzo. A la Seneam, para mayor precisión, para proponer un ajuste en los costos de los slots.
A partir de entonces, media docena de misivas a distintas instancias de la SCT que incluyen una comunicación conjunta con la Cámara Nacional del Aerotransporte y otra carta, al presidente Andrés Manuel López Obrador. Todas, en el mismo sentido: sin medidas de alivio inmediatas, las aerolíneas que operan actualmente en México no estarán en condiciones de continuar en los niveles anteriores a la crisis sanitaria generada por el Covid-19 o, en el peor caso, podrían dejar de existir por completo.
Pero sus llamados para implementar medidas de mitigación, en el corto plazo, y salvar la integridad de las líneas aéreas no han encontrado respuesta, hasta ahora. “Esperaremos todo el tiempo que sea necesario”, comentaba ayer Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de IATA, en una rueda de prensa virtual convocada para hacer una evaluación del impacto económico del covid-19 en la industria aérea, al nivel global y local.
El diálogo con el gobierno mexicano inevitablemente pasaría por resolver el arranque del aeropuerto internacional de Santa Lucía que, de acuerdo con el vocero de IATA, debería ser reevaluado.
La industria aeronáutica aporta 37,000 millones de dólares al PIB del país y genera alrededor de 1.4 millones de empleos directos e indirectos. Hace 10 días, la Canaero advertía de la debilidad del gremio. “Tenemos que cuidar el flujo de caja de las aerolíneas porque se está acabando”, alertó el director general de ese organismo, Luis Osorio, “y sin ello, no habrá operaciones, aeropuertos ni cadenas de suministro aéreas”. Ayer, la IATA presentó una estimación sobre el impacto del Covid-19 en el aérea en México, que podría superar los 5,300 millones de dólares al cierre del 2020.
El Covid-19 logró que la aviación mundial redujera su actividad al mínimo. A nivel global, IATA estima una pérdida de ingresos de 250,000 millones de dólares. Sus directivos hablan con conocimiento de causa. La declaratoria oficial de la pandemia obligó al cierre de fronteras y, consecuentemente, a la disminución del tráfico aéreo. Europa redujo 46% sus vuelos, por 41% de América Latina; 37% de la región Asia-pacífico, 36% en Medio Oriente y 27% en Norteamérica.
Hace cuatro semanas, cuando comenzaban las restricciones, Delta tuvo que dejar en tierra más de 300 de sus aviones y, desde entonces, la conectividad de México con Estados Unidos y Canadá quedó reducida al mínimo. Para entonces, Emirates ya había suspendido 38 de sus rutas, incluido el vuelo Dubai-Barcelona-Ciudad de México.
A finales de marzo, Interjet suspendió indefinidamente sus destinos internacionales forzada por la pandemia y, también, por los arrendadores. La compañía de Miguel Alemán Magnani perdió la mayor parte de su flota, aunque justo una semana antes, la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia permitió el uso de aparatos Sukhoi Superjet-100 en misiones de mantenimiento de la paz de la ONU. Los SSJ-100 forman parte de la flota de Interjet, pero están en los hangares sin funcionar.
En las últimas dos semanas, tanto Interjet como Aeroméxico han participado en el puente aéreo organizado por la cancillería mexicana para regresar a ciudadanos de otros países del hemisferio a sus lugares de origen y repatriar a los mexicanos inmovilizados por el cierre de fronteras. Pero Aeroméxico Connect, Interjet, Volaris y Viva Aerobus han reducido sus operaciones al mínimo.
Ayer, la IATA confirmó que 85% de las operaciones aéreas en México están suspendidas. Y no descartan que la afectación fuera mayor en las próximas semanas.
El alto total en el tránsito aéreo implicaría bajar del aire 310 aeronaves de las principales aerolíneas, de las cuales, Grupo Aeroméxico tiene 125, Volaris 79, Interjet 69, Viva Aerobus 37.
¿Algunas aerolíneas terminarán en bancarrota? Tampoco es descartable.
Cuanto más tiempo progrese la crisis, cuanto más tiempo haya más gobierno sin ayudar al sector, más riesgo hay de que cierren las compañías aéreas.
Por ahora, Aeroméxico y Volaris han completado itinerarios dentro y fuera del país con carga. El problema, de acuerdo con los voceros de IATA, es que hay mucha carga para transportar, pero poca capacidad en las aeronaves que se han quedado en tierra.
Efectos secundarios
SIN FRENO. La contingencia sanitaria no detuvo la asignación del contrato para el arrendamiento de vehículos en Caminos y Puentes Federales, unidades por 36 meses y hasta un monto máximo de 578 millones de pesos. Un error de cálculo —literalmente— contenido en la propuesta presentada por Jet Van Car Rental trajo sospechas sobre el licitación LA-009JOU001-E30-2020, pues no obstante las dudas de los participantes y las rectificaciones de la firma de Teresa López y Cuauhtémoc Velázquez, recibieron tres de las cuatro partidas y la restante para Arrendomóvil. ¿Acaso alguien en Capufe recordará los incumplimientos y señalamientos de Jet Van en el IMSS, INE o ASF?