Una profunda reforma fiscal son urgentes en los dos países, no hay duda. ¿La tendremos?
No estábamos tan equivocados los que, al presenciar, recordando a Bertolt Brecht y su Arturo Ui, el resistible ascenso de Elon Musk en el poder máximo de los Estados Unidos, advertimos que la Casa Blanca no es lo suficientemente grande para alojar a dos personajes obsesos del poder al mismo tiempo. Se trató, evidentemente, de una conveniente alianza del mayor poder político del mundo occidental, con la estimada mayor fortuna del capitalismo.La unión de Donald Trump con Elon Musk, en el pináculo del poder era muy difícil. No podía durar mucho.
No pudimos predecir, sin embargo, que acabaría de la espectacular manera en que se dió la semana pasada.
El detonador fue, natualmente, de orden económico. La muy publicitada y largamente discutida reforma financiera -mayormente fiscal- de los Estados Unidos es sumamente amplia y afecta igualmente a los ricos muy ricos que a los pobres muy pobres, que en los Estados Unidos también los hay. Los incrementos a los impuestos de los de arriba no tienen el impacto económico y político que la disminución de los servicios de asistencia social, particularmente la médica a los usuarios del Medicaid.
No le fue suficiente al señor Musk pronunciarse pública y notoriamente en contra de la “one, big and beautiful” ley, descalificándola: de su ancha manga sacó la iniciativa de transformar todo el sistema político de los Estados Unidos. Muchos suelen llamarle bipartidista, aunque no lo es. Hay más partidos políticos, de poca importancia, además del republicano, que suele ser llamado “el viejo gran partido”, y el demócrata.
Aún así, no está del todo equivocado el señor Musk cuando afirma que el sistema político de los Estados Unidos es bipartidista sólo de dombre. Ergo, propone la creación de un nuevo partido. Sin expesarlo así, deja en claro que la única personalidad que puede empreder ese cambio se llama Elon Musk.
Extrañamente, el sistema político mexicano atraviesa una crisis similar, encubierta hábilmente por el segundo piso del cuatrote ocultando la realidad.
En los Estados Unidos, la reforma fiscal que Trump firmó el 4 de julio, en un acto de propaganda patriotera (con los aviones que bombardearon Irán sobrevolando la Casa Blanca) incrementará la deuda pública del país más poderoso el mundo, en billones de dólares. Deuda que no es pequeña y que al final la pagarán los de abajo y los de arriba.
En México hay una crisis política grave, que se antoja insoluble dada la ausencia de un líder que reúna las calidades éticas y el perfil mediático para propiciar y encabezar un cambio real. La única persona que surge como posible cumplió 91 años el primero de mayo y es hijo del general Lázaro Cárdenas.
En una ceremonia en Morelia, poco atendida por los medios, y recordando al asesinaado Francisco Xavier Ovando Martínez,Cuauhténoc Cárdenas señaló las dos principales causas de la crisis nacional. Primero, la falta de dinero heredada del gobierno de Lopitos, que tiene a la presidente Claudia sin recursos para pagar los servicios de salud,educación y asistencia social, propiciando al miso tiempo el desarrollo económico.
Casi en simultáneo,, el director del IMSS advirtió que si seguimos como vamos, el Seguro no tendrá dinero suficiente para pagar las pensiones a los jubilados a partir de 2030, dentro de cinco años.
El segundo gran problema, dijo el ingeniero Cárdenas es el avance de la delincuencia organizada, en la toma territorial del país.
Una profunda reforma fiscal son urgentes en los dos países, no hay duda. ¿La tendremos?
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Los desfiguros que caracterizan la conducta del gobernador de Nuevo León Samuelito y su esposa, no son novedad, desde los fosfo-fosfo hasta el destape de caandidatos.
Pero debe haber ciertos límites: Marianita y Samuelito no los conocen; en esa línea están deducando a su pequeña hija, sin que ella se diera cuenta.
La semana pasado nos deleitaron con unn video de su propia producciónn y narración para mostraron -muy orondos- el closet de su pequeñuela. Sin mencionar el muy bien acomoado vestuario de la heredera, sus papis presumieeron que tiene 1120 pares de zapatos.
Ya los hubiera querido en su infancia Imelda Marcos. para presumirlos así.