Al paso de los años se han debilitado los reclamos de Sandoval Íñiguez sobre la muerte de su antecesor
La tarde del lunes 24 de mayo, hace 29 años, un comando armado irrumpió en el estacionamiento del aeropuerto Miguel Hidalgo, de Guadalajara. El blanco principal del atentado era el pasajero del Ford Grand Marquis color blanco y que según las investigaciones oficiales fue confundido por los sicarios.
El ataque perpetrado por sicarios al servicio de los hermanos Arellano Félix acabó con la vida del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y otras ocho personas. Entonces se supo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quien durante los siguientes 25 años se convirtió en el criminal más buscado por la justicia mexicana.
1993 fue convulso. El Año Viejo irrumpiría el EZLN y daría al traste al proyecto globalizador y transexenal del salinismo, materializado en el Tratado de Libre Comercio. La rebelión zapatista, empero, estuvo antecedida por una ola de violencia que se extendió por los estados del Noroeste.
Desde entonces, las bandas criminales —de acuerdo con la versión oficial— se disputan los territorios. Las pugnas entre el Cártel de Sinaloa abrirían paso al Cártel de Juárez y desde entonces crecería la lista de los capos identificados por la DEA y los motes —El Azul, Don Neto, El Señor de los Cielos, Los Zetas— que alimentaron una narrativa circunstancial entonces, aunque perenne.
EL Papa Juan Pablo II designó a Juan Sandoval Íñiguez en lugar de Posadas Ocampo. El purpurado de Yahualica pasó 15 años al frente de la arquidiócesis, que tras de su jubilación ahora ocupa Francisco Ortega Robles, quien fue transferido de Monterrey a la perla tapatía.
Al paso de los años se han debilitado los reclamos de Sandoval Íñiguez sobre la muerte de su antecesor. El caso sigue abierto no obstante un cúmulo de comisiones especiales y teorías de la conspiración que circulan desde entonces. El único de los directamente involucrados en las investigaciones es Rodolfo El Chino León Aragón quien estuvo entonces al frente de la Policía Judicial Federal; el colofón de su carrera política ocurrió el año pasado, cuando buscaba reelegirse como alcalde de Salina Cruz, Oaxaca; perdió por menos de 500 votos con el morenista Daniel Méndez Sosa.
La transición democrática tal vez tuvo un colofón terrible. La Cuarta Transformación también terminó con una etapa en la cooperación entre las agencias estadounidenses y mexicanas encargadas de combatir a las bandas criminales. Su fórmula para frenar la espiral violenta heredada desde el sexenio calderonista ha dado exiguos resultados. Desde el asesinato del cardenal Posadas Ocampo han pasado cinco sexenios. Para su esclarecimiento, la nueva Fiscalía General de la República simplemente ha sido omisa.
La inseguridad y la violencia se han vuelto problemas crónicos en México. Ahora son otros los más buscados. El Chapo paga en Estados Unidos por su carrera criminal. Su historia vive sus últimos capítulos. Este mediodía, los magistrados de la sala superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa resolverán sobre el recurso interpuesto por el extinto director del penal del Altiplano, Valentín Cárdenas, contra la sanción que le impuso la Secretaría de la Función Pública después de que Guzmán Loera se fugara de esa cárcel de máxima seguridad, en el 2014.
EFECTOS SECUNDARIOS
COLAPSOS. Concesionarios de autos de alquiler que se oponen a la proliferación de los servicios de taxi por aplicación se plantaron en la sede de la Secretaría de Movilidad del gobierno capitalino y en los accesos al Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Al otro extremo de la megaurbe, las vialidades en torno a la Torre Pemex fueron afectadas por un bloque de trabajadores petroleros afiliados a la sección 35, quienes exigieron definitividad a empleados con contratos temporales. Las autoridades locales identificaron a Felipe Careaga, exgerente de la refinería de Tula, como el principal instigador de las protestas.