La alianza antiAMLO, empero, no era total. El PAN fue sólo en Querétaro y refrendó el triunfo en esa plaza, que ha transitado en el bipartidismo en las últimas hace dos décadas
Emplazada para revisar sus documentos básicos y trazar la ruta, en el último tramo del sexenio lopezobradorista, la cúpula priista también deberá validar la política de alianzas suscrita por el presidente del CEN, Alejandro Moreno Cárdenas.
El objetivo de posicionarse como la segunda fuerza política en las elecciones federales del pasado 6 de febrero quedó en segundo plano, ante la necesidad de apuntalar la coalición electoral denominada Sí por México que también involucró al PAN y al PRD.
La alianza antiAMLO, empero, no era total. El PAN fue sólo en Querétaro y refrendó el triunfo en esa plaza, que ha transitado en el bipartidismo en las últimas hace dos décadas.
En el 2022 habrá elecciones en seis entidades federativas y Moreno Cárdenas ha pactado con sus homólogos ir juntos en por lo menos tres entidades: Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Quintana Roo. En las dos restantes —Tamaulipas y Oaxaca— existen resistencias locales.
En todos los casos, Morena figura como la fuerza política que concita más preferencias entre los ciudadanos. La formación gobiernista irá a esas elecciones con el PT y su dirigente nacional, Mario Delgado, anticipó que antes de que concluya este año quedarán definidos sus candidatos, a través de encuestas. Por ahora, la única certeza es que al menos tres mujeres serán nominadas.
La decisión de la cúpula priista deberá ser avalada en las instancias locales. Los negociadores han perfilado que, en Durango, definir al candidato aliancista corresponderá al tricolor. Y el gobernador saliente, José Rosas Aispuro, ya habría dado su aval al aspirante mejor posicionado, Esteban Villegas, con quien compitió hace seis años por la primera magistratura. En el camino quedaría el actual alcalde de la capital, Jorge Salum, afiliado al PAN.
El PRI también llevaría mano en la definición del candidato aliancista en Hidalgo. La secretaria general del CEN, Carolina Viggiano, y el alcalde de Mineral de la Reforma, Israel Félix Soto, figuran al frente de las encuestas. La opinión del gobernador Omar Fayad será determinante.
Aguascalientes será definido por el PAN. Su actual gobernador, Martín Orozco, es emanado de esas filas, pero recientemente ha reñido con el dirigente nacional del blanquiazul, Marko Cortés, sobre el proceso de nominación, que recaería en la diputada federal Tere Jiménez o en el senador Juan Antonio Martín del Campo.
La cúpula panista definió que el candidato será designado, previa aplicación de una batería de encuestas. Jiménez y Martín del Campo habían pactado atenerse a sus resultados, pero dicho acuerdo no es vinculante.
Para el senador, corre un plazo perentorio. Y es que las dirigencias nacionales del PAN y del PVEM le han invitado a ser su candidato. Pero esas ofertas tienen caducidad.
Movimiento Ciudadano y el Partido Verde apuestan a expandir su presencia regional y buscan candidatos para Oaxaca, Durango, Hidalgo y Quintana Roo. En todos estos casos, podrían ser aspirantes morenistas o aliancistas marginados de sus formaciones originales.
Efectos secundarios
¿ALIADOS? La presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Olga Sánchez Cordero, tiene un apuro: la construcción de espacios libres de violencia y acoso. Y por eso, ayer en un foro en el recinto legislativo, más en serio que en broma “invitó” al titular de la SRE, Marcelo Ebrard Casaubón, a concretar el trámite del Convenio 190 de la OIT, que ya fue firmado por el gobierno de la República y debe ser ratificado por la Cámara alta.