El control de precios es un término que alude a un pasado priista que nadie quiso revivir. Como la autosuficiencia alimentaria, tiene una acepción mala para los economistas y políticos neoliberales
Cada vez más evidentes, las fallas de la comunicación gubernamental acrecentaron las distorsiones sobre la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para contener la carestía de los principales productos alimenticios que consumen los mexicanos cotidianamente.
El control de precios es un término que alude a un pasado priista que nadie quiso revivir. Como la autosuficiencia alimentaria, tiene una acepción mala para los economistas y políticos neoliberales.
El Ejecutivo federal quiso decir que está decidido a frenar la inflación alimentaria. Y que actuará con energía, en el ámbito de sus competencias para frenar a los especuladores y desincentivar a los productores que utilizan semillas transgénicas y fertilizantes nocivos.
La política monetaria es otra cosa. Para frenar la escalada de precios, el gobierno federal habilitó a Ricardo Sheffield como vocero, quien en el pecado llevó la penitencia.
Otros asuntos de fondo crearon la distorsión: la canasta Profeco no tiene los mismos productos que considera el Coneval en la actualización de las líneas de pobreza y extrema pobreza por ingresos, o en la elaboración del Índice Nacional de Precios al Consumidor.
No solo la discrepancia entre esos listados genera la percepción de una estrategia fallida. Las autoridades hacendarias saben que los patrones de consumo se modifican en periodos más breves que las mediciones intercensales. El efecto de sustitución es una de las conductas más notorias en las semanas recientes.
El plan gubernamental para contener la inflación depende de cuatro variables: la contención de los precios de los productos de primera necesidad, el subsidio a las gasolinas, las tarifas congeladas en la red de vialidades a cargo de Caminos y Puentes Federales, y el paquete de medidas regulatorias que facilitarán la colocación de las mercancias importadas en los anaqueles de las tiendas de autoservicio y misceláneas de todo el país. No obstante los beneficios, algunos productores de insumos han decidido tomar una ruta de confrontación con las autoridades federales. Y si no, pregunten a los nixtamaleros que pronto tendrían que pagar más por la materia prima.
Paradojas de la crisis alimentaria: los incrementos en los precios y el aumento de las exportaciones han favorecido al sector agropecuario. Los productores del campo requieren de financiamiento para cubrir la demanda. La autosuficiencia es una quimera, el autoconsumo, una realidad lacerante.
Los efectos del cambio climático ya son notorios. Y las principales afectaciones serían para los pequeños productores —menos de cinco hectáreas— que carecen de seguros y no están tecnificados. Los grandes productores se verán afectados por el tipo de cambio alto y aumento en las primas de seguros por los desastres naturales.
Efectos secundarios
PENDIENTES. La cúpula morenista quiere mostrar músculo en territorio coahuilense. El presidente nacional del partido oficialista, Mario Delgado, quiso llevar a una docena de gobernadores y a los tres aspirantes a la candidatura presidencial a Torreón pero ya entendió que Miguel Riquelme es querido en su tierra. Encontrar otra sede es el menor de sus problemas: si Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrad no han superado su contagio, deberán reprogramar la segunda sesión del mitin por la unidad y la movilización.