Afincados en The Woodlands, ahora se sabe que López Beltrán fue contratado por Grupo Vidanta, el emporio de Daniel Chávez Morán, que le apoyó en el trámite de su visa en Estados Unidos
Las benditas redes sociales fueron el primer ámbito donde comenzó esta tragicomedia. Carolyn Adams ahora pide respeto a su vida privada, pero todavía hasta hace dos meses —cuando compartió imágenes de su hijo Salomón Andrés en Palacio Nacional— compartió con sus amigos y seguidores aspectos esenciales de sus actividades sociales.
De sus viajes en jets privados o su asistencia a eventos de clase mundial, siempre como VIP, hay constancia desde hace seis años, por lo menos. También, de su incipiente activismo político en San Diego, donde se involucró a la Latino Coalition, la organización encabezada por Héctor Barreto, ferviente promotor de los Republicanos en el sur de California.
Una de sus palabras preferidas era innovación, en aquellas épocas. Entonces trabajaba en la identificación de proyectos de impacto social para la filial mexicana de British Petroleum.
Ya había pasado su periplo en la Península Arábiga, donde permaneció cinco años, tras llegar a Dubai como estudiante y después trabajar para la familia real de los Emiratos Árabes Unidos.
¿Profesión? Lobbista, a favor de la reforma energética. Su primera incursión a México ocurrió a finales del sexenio calderonista. Ya en el peñismo se instaló en San Pedro Garza García, Nuevo León contratada por Cava Energy.
“Pasaron los años y conocí a José Ramón (López Beltrán) y consecuentemente formamos una familia”, reveló la abogada. Si su destino era ser nuera del presidente de México no hay constancia en Instagram hasta finales del 2017, cuando compartieron fotografías de viajes, comidas y entretenimientos compartidos.
En el 2018, Adams pasó unos meses en la CDMX, afincada en un departamento en Polanco, aunque viajaba constantemente a San Diego, California, donde radican algunas amigas.
A mediados de septiembre del 2018, después de acudir a un evento a Washington D. C. se mudó a The Woodlands. Aficionada a los deportes y adicta a las zapatillas, hasta hace dos semanas tuvo una actividad continua en sus redes sociales. “Always chasing sunshine”, es una de sus frases preferidas.
El primogénito de AMLO entonces era uno de los activos más valiosos de Morena. Abogado de profesión —egresado de la UDLA—, tuvo su primera experiencia laboral en la Procuraduría capitalina, cuando Bernardo Bátiz fue titular de esa institución. Su primer jefe fue Miguel Ángel Mancera.
Desde el 2012 y hasta la nominación de su padre por tercera vez como candidato presidencial, colaboró intensamente con el Movimiento Regeneración Nacional. En el 2017 fue uno de los pilares de la candidatura de Delfina Gómez a la gubernatura del Estado de México, donde construyó —más por su talento que por su bagage familiar— una importante red de aliados.
Entonces, Carolyn era empleada de Cava Energy, un fondo de inversión que forma parte de Stella Holding afincado en Monterrey —enfocado al desarrollo de proyectos de infraestructura, particularmente gasoductos— al que se integró por invitación de Juan Carlos Gánem, a quien conoció en Dubai.
Al triunfo de AMLO en las presidenciales del 2018, las revistas del corazón enfocaron hacia su hijo Andrés —ahijado de la periodista Lourdes Galaz—, quien entonces fue relacionado con la modelo y actriz venezolana Irene Esser. En la víspera de la unción presidencial circuló profusamente en redes sociales la versión de su boda. Incluso el publicista Carlos Alazraki ubicó que el enlace habría ocurrido en una hacienda henequenera propiedad del banquero Roberto Hernández. Esa información, retomada por influencerse y articulistas políticos, entre ellos el publicista Carlos Alazraki, fue desmentida por el entonces presidente electo.
Para entonces, solo Gonzalo —el hijo menor de AMLO y Rocío Beltrán— mantenía su residencia en la CDMX. Andrés Junior había pasado unos meses en Europa, mientras de José Ramón ya se había mudado a Houston, donde reside su suegra, Catarina Solano.
Del arribo de un nuevo integrante de la familia presidencial no se supo hasta finales del 2019. El 12 de diciembre, Adams celebró su cumpleaños y simultáneamente, el baby shower de su hijo, que organizaron su madre y su abuela.
Carolyn acudió a un hospital de esa urbe texana, a principios del 2020, para recibir a su segundo hijo, Salomón Andrés. A las primeras versiones del suceso, su padre quiso responder con ironías en las redes sociales.
En México, Adams y López Beltrán solo han tenido dos apariciones en público. Una, en septiembre de 2019, en Palacio Nacional, donde su embarazo era notorio. Y la otra, apenas a finales del año pasado, donde estuvieron de visita con su primogénito.
Afincados en The Woodlands, ahora se sabe que López Beltrán fue contratado por Grupo Vidanta, el emporio de Daniel Chávez Morán, que le apoyó en el trámite de su visa en Estados Unidos.
“Soy un ciudadano privado y no tengo injerencia alguna en el gobierno de México”, refutó apenas el pasado fin de semana, 10 días después de la divulgación de los reportes sobre sus domicilios en los suburbios de Houston. “Mis ingresos provienen al 100% de mi trabajo. No hubo ni habrá conflicto de interés”, atajó sobre las versiones de su involucramiento con negocios petroleros. “Todo lo que se ha dicho y publicado sobre nosotros en referencia a cualquier vinculación con la compañía Baker&Hughes es falso”, enfatizó Adams.
En 2018 —de acuerdo con su versión— decidieron emigrar de México “por las circunstancias… para seguir preservando nuestra privacidad y no causar ningún tipo de conflicto de interés”. Por consejo de sus asesores, usaron las redes sociales. Y no darán entrevistas.