Con propósitos similares habrá un cónclave dentro de 10 días, en la sede nacional del PRI. Los seis precandidatos han sido convocados a los Diálogos por México por el dirigente nacional del tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, quien será anfitrión, más no protagonista en esa pasarela tricolor
La primera fase del lanzamiento de la precandidatura de Silvano Aureoles Conejo, concluyó hace dos meses con un desayuno con empresarios y dirigentes políticos afines al PRD, en el Club de Industriales.
La estabilidad nacional era la divisa que había enarbolado el exgobernador de Michoacán, quien a un año de haber dejado el cargo ha decidido apretar el paso hacia la construcción de una Gran Alianza, un frente amplio que frene a Morena en las elecciones presidenciales del 2024. Aureoles Conejo quiere caminar el país y emplazar a un diálogo “que rebase las fronteras partidarias” a empresarios, académicos, líderes religiosos, comunicadores. Cuadro destacado de Nueva Izquierda, figura actualmente como el único dirigente perredista con arrestos para buscar la candidatura presidencial.
Para la nominación, falta un año. Y en la línea de salida, en el frente priista, hay al menos seis aspirantes: la senadora Beatriz Paredes; el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat; los exsecretarios peñistas, Ildefonso Guajardo y Enrique De la Madrid, y el extitular de la OCDE, José Ángel Gurría.
El pasado domingo 2, en el encuentro denominado “Cambiemos México, ¡Sí hay de otra!”, la cúpula panista enfiló a un cuarteto: los gobernadores Maru Campos, de Chihuahua, y Mauricio Vila, de Yucatán; y los parlamentarios Juan Carlos Romero Hicks y Santiago Creel Miranda. Al amparo del blanquiazul, la senadora Lily Téllez y el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, también buscarían la nominación.
Con propósitos similares habrá un cónclave dentro de 10 días, en la sede nacional del PRI. Los seis precandidatos han sido convocados a los Diálogos por México por el dirigente nacional del tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, quien será anfitrión, más no protagonista en esa pasarela tricolor.
Protagonista involuntario de “Los martes del Jaguar”, el exgobernador de Campeche enfrenta el veto de sus homólogos Jesús Zambrano, del PRD, y Marko Cortés, del PAN. Y justo cuando Morena quiso removerlo de la presidencia de la Comisión de Gobierno en San Lázaro, Beatriz Paredes patentizó su interés por la candidatura presidencial.
Sí por México entró en un impasse. La irrupción de la exgobernadora tlaxcalteca como aspirante presidencial alteró las negociaciones de las cúpulas partidistas, comentó un exdirigente de ese partido, “porque sería la única que podría concitar el respaldo de Movimiento Ciudadano y de sectores morenistas excluidos por los puros”.
Alito Moreno tenía un acuerdo de principio con sus homólogos del PAN y del PRD para convocar a una primaria, con debates incluidos, para seleccionar a un candidato común. Antes, cada fuerza política deberá seleccionar —a través de los mecanismos que definan sus Estatutos— a un precandidato.
Enrique de la Madrid no está de acuerdo en ese esquema, pero entiende que las cúpulas partidistas están facultadas a acordar el procedimiento para seleccionar al abanderado presidencial.
Para el 2024, insiste, es necesario que la oposición haga un frente amplio, donde MC tenga cabida. Y cree que para solidificar la coalición opositora sería adecuado habilitar un mecanismo para dirimir controversias.
Un método atractivo para designar al candidato opositor. Y un compromiso para conformar un gobierno de coalición en el 2024. De la Madrid calcula que dentro de seis meses tendría que activarse el mecanismo para posicionar al rival de Morena. Aunque con la integración de Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal tampoco estaría de acuerdo.
Un frente opositor, empero, está en vilo a raíz de lo ocurrido en el Senado de la República. “La alianza está muerta”, decretó ayer el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, después de la ruptura del Bloque de Contención en el Senado. Los exsecretarios peñistas Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong fueron contra la línea de la dirigencia partidista, en la votación sobre los cambios que permitirán mantener a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública hasta el 2028. Y es que ambos senadores ya habían dado su palabra a los dirigentes del Bloque de Contención de votar contra el dictamen aprobado en San Lázaro. Arrecian las voces que piden la remoción del también exgobernador de Hidalgo de la coordinación de la bancada tricolor.