Si el PAN hubiera cedido en Xochimilco, Iztacalco y Venustiano Carranza, la derrota de Morena hubiera sido catastrófica
Tres meses de audio escándalos han hecho que Alejandro Moreno Cárdenas sea ahora un personaje conocido en todo el país. Pero el líder nacional del PRI —allí están las encuestas más recientes— se convirtió, por lo mismo, en uno de los personajes peor calificados por la opinión pública; sus aspiraciones por la candidatura presidencial del 2024, postulado por la coalición PRI-PAN-PRD simplemente son inviables.
La coalición opositora vio caer a uno de sus principales prospectos. En las encuestas, Ricardo Anaya mantiene una posición privilegiada y Enrique de la Madrid apenas registra. A dos años del cambio de poderes urge encontrar un contendiente para enfrentar a Morena, aunque entre el círculo rojo comienza a hablarse —cada vez con más fuerza— de una reorientación de los objetivos: dentro de dos años es mejor, de acuerdo a esas voces, romper la hegemonía del partido oficialista y sus aliados en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Concretar ese objetivo estratégico pasa necesariamente por el 2023. A pesar de la mala fama de Alito habría un acuerdo político para que los abanderados de la coalición opositora sean priistas en Coahuila y el Estado de México, el próximo año. Y en las nueve gubernaturas que se renovarán en las concurrentes del 2024, el PAN llevaría mano en cuatro postulaciones, incluida la Ciudad de México, Puebla, Jalisco y Yucatán.
La victoria de Va por México en la capital de la República fue contundente en el 2021, con su victoria en seis alcaldías. Si el PAN hubiera cedido en Xochimilco, Iztacalco y Venustiano Carranza, la derrota de Morena hubiera sido catastrófica.
Para el 2024, el PAN llevará mano en la definición de la candidatura aliancista, pero las encuestas son más específicas. Uno de los dos integrantes del matrimonio Calderón-Zavala podría encabezar los esfuerzos para derrotar nuevamente a Morena en uno de sus bastiones históricos.
Margarita Zavala, empero, tendría rivales: las senadoras panistas Lily Téllez y Xóchitl Gálvez, exjefa de delegacional en Miguel Hidalgo. El expresidente, por el contrario, supera ampliamente a cualquiera de los aspirantes del blanquiazul, llámese Santiago Creel Miranda, Mauricio Tabe o Santiago Taboada.
Para destruir a Alito, bastaron los audios que divulga Layda Sansores. Para socavar al panismo capitalino ahora mismo está en curso la ofensiva contra el “cartel inmobiliario” en la alcaldía Benito Juárez, presuntamente prohijado por exfuncionarios vinculados al actual líder del PAN en San Lázaro, Jorge Romero, quien hace una década fue jefe delegacional en esa demarcación.
El líder parlamentario —uno de los principales actores en la mesa de negociaciones de Va por México— ya acusó recibo del mensaje de la Cuarta Transformación. “Está en curso una persecución política contra los opositores”, lamentó.
La acción contra los operadores de esa trama inmobiliaria será implacable. Hasta ahora hay dos detenidos y los policías ministeriales acortan el cerco contra Nicias René Aridjis Vázquez, quien controló durante una década la oficina de obras y desarrollo urbano de la alcaldía.
Aridjis Vázquez tendría la información clave que llevaría —según las autoridades capitalinas— a los exjefes delegacionales de BJ, pero también a por lo menos tres alcaldes aliancistas en funciones. ¿Sus iniciales? Lía Limón, Mauricio Tabe y Santiago Taboada.
Efectos secundarios
UNITARIOS. Cuando Ana Lilia Herrera publicó su foto con Alejandra del Moral, la noche del pasado sábado 30 de julio, ya habían circulado imágenes del festejo que reunió en Malinalco a funcionarios del gobierno mexiquense, empresarios y líderes políticos. El bautizo de los gemelos de la secretaria de Desarrollo Social del gobierno mexiquense estuvo precedido por su boda civil con el diputado federal Mariano González Aguirre. El gobernador Alfredo Del Mazo fue testigo de honor del enlace, al que acudieron también los exgobernadores Eruviel Ávila, César Camacho Quiroz y Arturo Montiel Rojas.
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